Durante la homilía dominical en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, el Arzobispo Primado de México, Carlos Aguiar Retes , llamó a estar en comunión con Dios a través de la Palabra y refirió “que en estos tiempos debemos estar atentos a dejarnos seducir por el odio y la venganza”.

¿Y cómo podemos lograrlo?, apuntó el prelado, “aprendiendo a amar y alejar esos sentimientos de odio y venganza, de anhelos de que le vaya a mal al otro, por lo que me hizo o por lo que me ofendió”.

El sucesor de Fray Juan de Zumárraga pidió que entremos en una correspondencia a la Santidad, pues “El Señor nos llama a ser Santos, porque el Señor es Santo”.

Llamó a los feligreses a lograr esa santidad cuando se apagan los sentimientos de venganza y al escuchando el evangelio, pues ahí, es donde estamos en comunión con Dios.

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El cardenal aseguró que, “la santidad es un regalo de Dios y por eso San Pablo lo dice claramente en la segunda lectura, ¿qué acaso no saben que cuándo se te dio el Espíritu Santo fue a través el bautismo?

Puntualizó que mediante el bautismo se concedió esa gracia, ya que se proclamó al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, “ser Santos es corresponder a amar, esa es la gracia”, asentó Aguiar Retes .

Al término de la homilía, el cardenal confirió a 15 varones que aspiran a ser diáconos permanentes y acólitos, la bendición para ayudarlos en el ejercicio de la caridad. Diez de ellos serán asignados como lectores y cinco en labores de acólitos.

El arzobispo bendijo a los servidores de la Iglesia y proclamó “dígnate bendecir a estos hermanos que se han consagrado en la labor de lectores, que han recibido el libro de la Sagradas Escrituras para compartirlo con amor a sus hermanos”.

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“Reciban el libro de la sagrada escritura y transmitan fielmente la Palabra de Dios para que sea más viva y eficaz en el corazón de los hombres”, dijo el cardenal a candidatos a diáconos permanentes.

En tanto a los cinco acólitos les pidió fuerza y una vida honesta para que puedan servir con fidelidad, y asentó: “reciban y distribuyan el pan de vida para la celebración en la eucaristía y vive de tal manera que puedan servir a la mesa del Señor y de la Iglesia”.

El custodio de la imagen de la Virgen de Guadalupe del Tepeyac pidió a los presentes orar por los hermanos que servirán en la continuación de la edificación de la Iglesia.

cev

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