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El 12 de agosto de 1968, entre los secretarios generales que integraban las sociedades de alumnos de las 22 escuelas del Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Comité Nacional de Huelga de Estudiantes Técnicos y la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos acordaron levantar la huelga, sin dejar de insistir en que se cumpliera el pliego petitorio que con anterioridad habían entregado al licenciado Alfonso Corona del Rosal.
Ese hecho ameritó que EL UNIVERSAL publicara la noticia en el ejemplar de hace 50 años en la portada y como noticia principal. Se informó también de uno de los acuerdos a los que llegaron los dirigentes estudiantiles con el doctor Guillermo Massieu, el entonces director general del IPN, que consistía en conceder una semana de estudio para que los alumnos pudieran preparar sus exámenes de fin de cursos y, con ello, que el calendario se modificara.
La respuesta del doctor Massieu fue positiva, pero indicó que los términos de los tiempos escolares serían determinados por el Consejo Técnico Consultivo del Politécnico. De esta manera los directores de las escuelas dirigieron un llamado a los estudiantes que se publicó en El Gran Diario de México, en el que se comprometían a reanudar de manera inmediata las labores y concluir el año escolar como estaba señalado.
“La conjura antipatriótica”. Mientras tanto en la UNAM la huelga continuó en todas las escuelas, facultades e institutos y los directivos del comité de huelga acordaron unirse “a los politécnicos en el mitin gigante programado para mañana [13 de agosto de 1968]”.
Además de resaltar que la huelga también fue un recurso como protesta por la postura adoptada por el entonces regente Alfonso Corona del Rosal, quien al parecer de los universitarios “se limitó a llamarnos traidores a México, pero no dijo que atenderá nuestras demandas que nada tienen de conjura antipatriótica”, finalizaron.