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En México existen actualmente más de 20 mil reos sentenciados y procesados por delitos sexuales, según consta en una base de datos en desarrollo por Plataforma México.
El perfil de los internos indica que 60.9% de quienes cometieron esta conducta están casados, en concubinato o en unión libre. Muestra que 56.7% son primodelincuentes y 12.8% son reincidentes.
Son los hombres, en nueve de cada 10 casos los que incurrieron en abuso, acoso, hostigamiento y violación simple o sexual equiparada; del total, 29.5% tienen entre 26 y 35 años y 27.9% entre 36 y 45 años.
Del total de reclusos, 37.6% completaron apenas la secundaria, 3.8% son extranjeros, 57% fueron sentenciados por un juez y 43% están siendo procesados.
El Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) reporta 102 mil 423 carpetas de investigación iniciadas en el país entre 2015 y 2017 por delitos que atentan contra la libertad y la seguridad sexual, lo que representa un incremento de 16% en la incidencia de este delito.
Según las estadísticas, las violaciones sexuales, simples y equiparadas, registraron un aumento de 8% entre 2015 y 2016.
El año pasado disminuyeron sólo 1%, al pasar de 13 mil 444 carpetas de investigación, en 2016, a 13 mil 313.
Las entidades con mayor tasa de delitos sexuales por cada 100 mil habitantes son Baja California, con 69.6 casos; Chihuahua, con 63.9, y Baja California Sur, con 56.6.
En contraste, Tlaxcala, Nayarit y Veracruz, son las que registran menor tasa en este tipo de delitos.
A nivel municipal, Acuña, Sonora, encabeza la lista por cada 100 mil habitantes, con una tasa de 97.4, seguido de Solidaridad, Quintana Roo, con 82; Tecate, Baja California, con 79.8; Cuernavaca, Morelos, con 78.5; Juárez, Chihuahua, con 76.3; Ensenada, Baja California, con 75.8; García, Nuevo León, con 74.6; Delicias, Chihuahua, con 73.8; Tijuana, Baja California, con 72.3, y Chihuahua, con 70.8.
Las localidades con mayores alzas en la tasa de delitos sexuales en los últimos tres años son Comitán, Chiapas, con 301.7%; Tuxpan, Veracruz tiene 297.5%; Colima, Colima registra 206.7%; Manzanillo, Colima, con 197.3%; Villa de Álvarez, Colima, con 183.4%; Orizaba, Veracruz, con 180.75%; San José del Rincón, Estado de México, con 170.5%; Matamoros, Coahuila, con 141.1%, y Zamora, Michoacán, con 139.4%.
El mapa
La base de datos en construcción en Plataforma México, el sistema de información criminal operado por la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), cuenta con detalles de la entidad, municipio, colonia y calle de procedencia del agresor sexual; más adelante serán integrados tres registros barométricos: huella dactilar, foto y el iris.
Hasta el momento, se ubica a la colonia Benito Juárez, en el municipio de Nezahualcóyotl, como la localidad de la que provienen el mayor número de delincuentes sexuales en el Estado de México. Según esa misma base de datos, en esa zona se ubican poco más de 82 registros de quienes cometieron uno de estos ilícitos.
En esa zona ocurrió la violación y posterior asesinato de la niña Valeria en junio de 2017, que conmocionó a los habitantes de esta zona colindante con la capital de la República.
En la Ciudad de México, la colonia Pedregal de Santo Domingo en las inmediaciones de Ciudad Universitaria, en la delegación Coyoacán, es la que destaca con más internos sentenciados por esos delitos, según los datos que se tienen hasta ahora.
Inteligencia policiaca
El titular de la Unidad para la Información de la Seguridad Pública de la CNS, Ricardo Márquez Blas, afirmó que el objetivo es generar información útil para la operación policial, con alcances a nivel colonia y calle.
“Intentamos generar microdatos para tener capacidades de operación, presencia, despliegue y patrullaje de inteligencia mucho mayor, como los resultados que está dando la aplicación Checa Auto MX”, comentó en entrevista con EL UNIVERSAL.
A la fecha, destacó Márquez Blas, se han creado 800 millones de registros y más de 100 bases de datos, entre las que destacan la de secuestradores, vehículos robados, armamento asegurado, internos, homicidios y la de delincuentes sexuales.
Indicó que el trabajo a corto plazo es vincular toda esta información, porque “el verdadero potencial de las bases de datos que se generan en el país en materia policial es cuando están interconectadas.
“Vamos desarrollando nuevos productos que son necesarios y muy útiles que nos permiten ir generando microdatos a nivel de colonia, incluso calle, pero, como todo proceso, toma su tiempo”, acotó.
El funcionario aclaró que los registros de las personas privadas de la libertad por delitos sexuales se llevan a cabo con apego a lo establecido en la Ley Nacional de Ejecución Penal. “Forman parte de una base de datos más general, que es el Registro Nacional de Personas Privadas de la Libertad, ahí están todos los que cometen algún delito y que son privados de la libertad. Las características, propiedades, alcances, límites y los objetivos funcionales de esta base de datos en particular están señalados en la ley y nosotros nos ceñimos estrictamente a lo que señala, respecto a las estadísticas penitenciarias”, agregó.
Contar con información criminal a nivel microdato permite a las autoridades conocer cómo se comporta el fenómeno delictivo y detectar zonas expulsoras de agresores sexuales, consideró el criminólogo del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), Emilio Cunjama López.
“Se puede saber no solamente cuántos son, sino de dónde vienen [los delincuentes sexuales], eso es muy importante porque no es lo mismo las colonias receptoras de la delincuencia a las zonas expulsoras, creadoras y fabricadoras de las personas que cometen delitos”, sostuvo. Destacó que es un instrumento que ayuda a contar con datos específicos sobre la incidencia delictiva a nivel colonia, municipio y estado. “Con esto, las autoridades pueden identificar que algo está ocurriendo en determinado territorio, que se está generando cierto tipo de personas transgresoras de la ley y que se debe atender.
“Nos permite también focalizar las estrategias de política criminal para atender con mucho más precisión los factores de riesgo que hacen que las personas se vinculen a la agresión sexual, secuestro o robo, entre otros delitos”, refirió.
Cunjama López señaló que con este tipo de registros se corre el riesgo de estigmatizar a las colonias, municipios y estados, por el número de casos que registren.
El investigador de la Universidad La Salle, Julio Jiménez Martínez coincidió en que las bases de datos criminales son un buen respaldo para las labores de inteligencia en la investigación de los delitos en la República.