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Tuvieron que pasar nueve años para que el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que creó la Cooperativa LF del Centro, regrese al escenario político, como proveedor de servicio energético doméstico en una de las tres empresas que serán competidoras de la Compañía Federal de Electricidad (CFE).
El dirigente de esa organización sindical, Martín Esparza, adelanta que, sin haber recibido apoyo del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, Suministradora Básica del Centro (Subace) es ahora el nombre con que arrancan en 2018 con 16 mil 599 empleados, 52 edificios (más otros 10 que estarían por recibir), y un importante número de clientes, que son ellos mismos como integrantes del sindicato, además de un prerregistro de electricistas jubilados, familiares y personas adheridas a la Asamblea Nacional de Usuarios de la Energía Eléctrica (ANUE).
El secretario general del sindicato, Martín Esparza, asegura que su regreso no es triunfalista en términos políticos, sino laborales, “porque como trabajadores evitamos la extinción de nuestro sindicato y la industria eléctrica ahí está”.
La empresa mexicana busca también conseguir dos grandes clientes: el nuevo gobierno federal y el capitalino, para ofrecerles servicio de alumbrado público y energía para el Metro, entre otros espacios.
Sin embargo, el líder sindical niega que la apertura de esta empresa sea consecuencia del respaldo brindado en los últimos años por el presidente electo, López Obrador.
“Somos institucionales, autónomos e independientes de partidos políticos. El permiso que tenemos es nacional y el plan de negocios que diseñamos fue inicialmente para siete estados. Comenzamos operaciones con un capital promedio de 80 millones de pesos”, detalla.
Se le ve contento, satisfecho, sentado en lo que será la primera oficina de atención al público, ubicada en la planta baja del inmueble en Juárez número 90, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. En el diseño y decoración de la oficina —pintada con colores neutros— destaca el logotipo tricolor de Luz y Fuerza del Centro.
Como negocio de los electricistas, Martín Esparza afirma que con dinero de la cooperativa y el gremio rehabilitaron, de manera simultánea, el inmueble de Juárez número 90 junto con aquellos edificios ubicados en Morelos, Puebla, Hidalgo y Estado de México. Todos, precisa, les pertenecen como resultado de su liquidación tras intercambiar el pago de pasivos laborales por inmuebles.
“El acuerdo fue recibir los edificios como estuvieran. Éste [Juárez 90] no tenía nada y se invirtieron 7 millones de pesos en su rehabilitación, la mano de obra fue de nosotros”, dice.
En el tercer piso hay un centro de entrenamiento, donde integrantes del sindicato son capacitados para la operación de Subace: “Aquí no manejamos sueldos, por norma operamos como ley general de sociedades cooperativas. Lo que recibimos son adelantos de rendimientos y estarán por encima del salario mínimo”.
A pregunta expresa, traduce su dicho en números y hace cuentas: “Acá no habrá funcionarios que ganen 108 mil pesos al mes. Estamos hablando de un promedio de 8 mil a 9 mil pesos, así es como vamos a arrancar”.
¿Y usted recibirá también esa cantidad como sueldo?
—Todos. Eso ganamos en dos vías: generación de energía con la empresa Ave Fénix, a través de centrales hidroeléctricas que fueron de Luz y Fuerza, y su comercialización con Subace.
Cambio de compañía, misma red: el sindicato de electricistas ofrecerá su servicio en los mismos estados donde lo hizo cuando fue parte del Estado, que son la Ciudad y el Estado de México, Hidalgo, Puebla, Morelos, Michoacán y, quizá, Querétaro, donde se gestionan los permisos correspondientes.
“Usaremos la misma red que construyó el Estado en estos años. Tenemos la experiencia para comercializar energía, lo hemos hecho por más de 100 años y contamos con registro nacional de industria”, dice.
Inicialmente, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) les otorgó permiso para suministro de consumo básico en casa-habitación, comercio y doméstico de alto consumo.
“Nuestros costos, comparados con los de CFE, serán más bajos, calculamos 10% debajo, porque actualmente todos tenemos que comprar energía a un solo proveedor. Y no sólo los usuarios de a pie se quejan de los altos costos, también los empresarios. El próximo año, además de CFE y Subace, habrá dos empresas más en este negocio”, señala.
Los detalles del trámite para solicitar el cambio de proveedor de servicios eléctricos aún no están definidos. Esparza dice que esperaría un papeleo ágil, similar a la migración de empresas proveedoras de servicio de telefonía celular.
“Es el tema que venimos discutiendo con la CRE y el Centro Nacional de Control de Energía, porque a la fecha ni ellos mismos se han puesto de acuerdo. Estamos planteando que esas disposiciones deban emitirse a la brevedad para que haya piso parejo para todos”, abunda.
El gremio arrastra tres pendientes que planteara al nuevo gobierno federal en su momento: “Falta que los 52 inmuebles se escrituren a favor del sindicato. Falta que el gobierno firme un contrato de energía eléctrica a largo plazo para construir dos ciclos combinados en una de las termoeléctricas que eran de Luz y Fuerza.
“Y falta que se le pague a un grupo de compañeros que obtuvieron renta vitalicia, más o menos son 200 millones de pesos que el gobierno reconoció, pero que a la fecha no ha liquidado, más otros juicios de renta vitalicia que no han sido solucionados”.
Esparza cierra su entrevista con una crítica sobre la reforma energética: “Las subastas de la Secretaría de Energía y el Cenase [Centro Nacional de Control de Energía], en tres años, no han construido ninguna planta. No se han cristalizado porque los costos de las subastas son muy bajos comparados con los de la energía eléctrica que hay en el mercado”.