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Es medio día en el Panteón General de Iztapalapa. En la entrada algunas personas soportan un sol abrasador para poder entrar a dejar flores a sus difuntos en el último día que estará abierto el cementerio.
Sin embargo, el acceso está prohibido, ya que según los guardias sólo se permite la entrada para entierros, depósito de urnas y trámites. Aun con ello, al menos una veintena de personas con flores en mano esperan para poder ingresar al cementerio.
Aquí las paredes del panteón sostienen unas coronas y arreglos florales, son de la familia Reyes quienes vienen a sepultar a Rosa María Reyes. Algunos de ellos son los únicos que podrán ingresarán al cementerio, cuenta José Reyes pariente de la difunta.
“Nos dijeron que sólo podían ingresar quince personas, el ataúd y las flores, y nos tendremos que salir, ya que nadie puede estar mas tiempo aquí por la contingencia”, explica José.
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En la entrada una persona con el traje protector y careta recibe a las pocas personas que pueden entrar. Les ofrece gel antibactetial y les da explicaciones. El tumulto de gente que no puede entrar pide explicaciones y observa un panteón desolado, sin flores.
A quince minutos de ese cementerio, en el Panteón San Nicolás Tolentino la situación es similar: una docena personas con flores en mano busca ingresar al lugar. Sin embargo, el acceso al lugar es similar al anterior.
Ahí, en la entrada, un cártel dice: “Cerrado por contingencia Sanitaria del 25 de octubre al 08 de noviembre”.
El señor Tomy Garduño viene desde Texcoco para dejar flores y menciona que entiende que lo hagan, pero hubieran avisado con anterioridad.
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Así transcurre la tarde en el cementerio, algunas personas resignadas toman sus flores y se marchan, otras esperan. Este año por la contingencia ocasionada por el Covid, pocas serán las tumbas que tendrán ofrenda.