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El macrosimulacro que se realizó ayer en diversos estados de la República revivió el recuerdo de los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) que participaron en la remoción de escombros y rescate de personas y cuerpos luego de los sismos de septiembre de 2017.
Desde elementos que resultaron intoxicados en las labores de rescate hasta historias de éxito como la de “Pánuco” el perro que logró rescatar a seis personas en los derrumbes de la colonia Del Valle en la Ciudad de México.
Rescate en desastre químico
El capitán Diego Martínez, quien coordina el Grupo de Respuesta a Emergencias de la Fuerza de Apoyo para Casos de Desastres (FACD), participó en las labores de limpieza y recuperación de cuerpos en el laboratorio del Centro de Control y Desarrollo Biofarmacéutico, S. A., ubicado en la Colonia Roma que se derrumbó durante el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Recordó que cuando su unidad entró al laboratorio había elementos intoxicados porque no sabían que ahí había químicos.
“En ese laboratorio se manejaban varias sustancias químicas y nosotros las levantamos y a los animales que había ahí porque hubo personal intoxicado que entró a auxiliar a las personas que lamentablemente fallecieron en ese siniestro pero no sabían que era un laboratorio y resultaron intoxicadas”, comentó.
“La mayor parte de los ratones que usaban estaban vivos, estaban en unas jaulas y fue eso lo que más resistió de la estructura, los rescatamos, levantamos las sustancias y los entregamos a las autoridades correspondientes”.
El Grupo de Respuesta a Emergencias realiza simulacros de desastres químicos, biológicos y radiactivos tres o cuatro veces al año en México y el extranjero.
El capitán consideró que lo más complicado de las labores que realizan es levantar las sustancias, limpiar y dejar el área preparada para que las personas sean rescatadas.
“El desastre más fuerte que nos tocó fue el del derrumbe del laboratorio del sismo de 2017 pero afortunadamente no ha habido muchos casos en la Ciudad de México”, señaló.
En el laboratorio fallecieron 12 personas, algunos trabajadores del lugar ayudaron a los elementos de la Sedena a identificar las zonas donde estaban los químicos.
Algunos familiares de las víctimas esperaron más de tres días para recuperar los cuerpos de los trabajadores que murieron atrapados.
Binomio canino
Con 7 años, “Pánuco”, un perro pastor belga manlinois, y su manejador, el cabo policía militar Jorge Alejandro Cuellar Hernández han logrado rescatar con vida a 17 personas en los sismos de septiembre de 2017 y el sismo de Honduras, en el año 2016.
Además han acudido a buscar y recuperar cuerpos luego de las explosiones en el mercado de cohetes de Tultepec.
Cuellar Hernández afirmó que de todos los desastres a los que ha acudido en compañía de “Pánuco”, los de los sismos de 2017 han sido los más difíciles, principalmente el del 19 de septiembre.
“Lo más difícil fue en el sismo del 2017 aquí en la Ciudad de México porque, no tanto por el trabajo que llevábamos día a día, sino que la situación de ver todo lo que le pasó a la ciudadanía y que todos teníamos a nuestras familias y teníamos que seguir trabajando pues nos tocó repartir el sentimiento”, relató.
“Mucha gente se nos acercó en esto del sismo porque la ayuda que recibimos fue muy grande, les daban masaje a los canes, les daban sus aromaterapias y los perros estuvieron muy tranquilos”.
De los binomios caninos que la Sedena desplegó para el Macrosimulacro de ayer “Pánuco” ha sido el que más personas con vida ha rescatado, seis de ellas fueron halladas en los derrumbes de la Colonia del Valle.
Su manejador aseguró que cuando no se encuentran en zona de desastre, ellos y los canes trabajan diariamente.
“Los perros pasan lista en las mañanas con nosotros, toman educación física, realizan su entrenamiento y diariamente se trabaja con los pseudo aromas”, explicó.
En este entrenamiento, los perros reciben pseudo aromas de cadáver putrefacto, fresco y ahogado y se les enseña a identificar de todos los aromas posibles a las personas con vida.
Cuellar Hernández afirmó que a pesar de lo que ha vivido en las labores de rescate no ha tenido ningún problema emocional.
“A nosotros se nos quedan las imágenes de la gente que fue víctima y son cosas tristes que creo que ninguno de nosotros quisiera volver a ver pero esto no me ha afectado emocionalmente”, afirmó.
“Aquí tenemos psicólogos y recibimos pláticas de psicología y cada uno, de manera individual puede ir y tomar terapia”.