Claudia Sheinbaum, aspirante presidencial de Morena, aseguró que en caso de encabezar el siguiente sexenio no es necesaria una reforma fiscal para hacer una transformación profunda en México, aun cuando necesitaría por lo menos 300 mil millones de pesos para distribuir becas para menores.
De acuerdo con declaraciones para el libro Claudia Sheinbaum: Presidenta, escrito por Arturo Cano y publicado por editorial Grijalbo, la exmandataria capitalina dijo que pidió a la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, y al titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Pablo Gómez, un análisis actual del régimen fiscal, donde ambos coincidieron en que hay “buena cancha”, pues busca implementar becas para los niños.
“Sí. Le pedí a Raquel Buenrostro, con quien me llevo muy bien y es buena amiga, y a Pablo Gómez, que me ayudaran a revisar qué tanto más hay en el pago de impuestos en el contexto actual de régimen fiscal. Raquel me dice que todavía hay una cancha y Pablo también. Le pregunté a Raquel de qué tamaño es el margen, porque supongamos que yo quiero hacer en el país lo que hice aquí con las becas de los niños y las niñas, serían otros 300 mil millones de pesos, similar al apoyo que se da a los adultos mayores”, indicó Sheinbaum Pardo.
Y agregó: “Hay que hacer las cuentas y tengo ahí un equipo que me está ayudando en eso”.
El libro incluye una recopilación de su vida académica y laboral desde su paso por la Secretaría de Medio Ambiente, cuando Andrés Manuel López Obrador fue jefe de Gobierno, así como su gestión como delegada de Tlalpan y jefa de Gobierno hasta el 15 de junio.
Al ser cuestionada sobre por qué quiere ser presidenta de México, Sheinbaum Pardo mencionó que su objetivo es fortalecer los derechos del pueblo con una combinación única de lucha política y formación científica para gobernar con ojos de mujer, “pero de mujer honesta”.
“Quiero que continúe la transformación, un modelo de desarrollo de nuestro país que mire por los que menos tienen. Lo digo de esta manera: que fortalezca los grandes derechos del pueblo de México, de las mexicanas y los mexicanos. Por eso hablo de la ciudad de derechos... la honestidad, creo que gobernar con ojos de mujer, pero de mujer honesta, tiene que seguir persistiendo en nuestro país”, aseguró.
En ese sentido, la aspirante presidencial dijo estar de acuerdo con el Mandatario en que la corrupción le ha hecho mucho daño al país y que no se puede regresar a un México con corrupción que, afirmó, ya no estará presente en 2024.
“Ya no [estará presente la corrupción]. Lo que el Presidente logró es que el poder no esté al servicio de la corrupción y de los grandes intereses. Esto que se dice de que se separó el poder económico del poder político es cierto. Ya no son los grandes intereses los que gobiernan, sino el interés superior del pueblo de México y de la nación. Eso cambió por completo, pero sí hay un riesgo de que eso regrese, y yo creo que hay que mantener eso por encima de todo”.
En el capítulo siete titulado ¡Presidenta, presidenta!, Sheinbaum Pardo comentó que es difícil concebir la idea que en 2025 ya no estará al frente Andrés Manuel López Obrador, ya que han sido muchos años de tenerlo como referencia.
“Pero entiendo lo que dice: él es profundamente consecuente con lo que piensa. Este tema de las corcholatas, tú dirías por qué no escogió a uno como otros presidentes. No, porque él no cree en el tapadismo. El planteamiento de que se va a retirar tiene que ver que él no quiere que se piense que va a estar ahí, siendo una figura tan fuerte, pues, atrás del siguiente presidente o presidenta”.
“Se suele hablar de ‘maximato’ cuando se habla de tu candidatura”, le dicen en el libro y responde: “Claro, también hay mucha misoginia ahí. A ver, ¿una mujer no puede y debe tener atrás a un hombre que le diga cómo hacer las cosas?”.
La exmandataria capitalina descartó que se sienta “mareada” cuando le gritan presidenta, ya que desde que tuvo su primer puesto público, hace 38 años, en su cabeza tuvo claro que los gobernantes “siempre [deben] tener los pies en la tierra”.
Pero, cuando se le pregunta si “México está preparado para una presidenta”, explica que lo ve más que como algo personal “como un logro social”.
“Esta frase de ‘romper el techo de cristal’ no me gusta mucho porque parece un esfuerzo individual: una mujer que sale adelante, que rompe el techo de cristal.
“Sí, todo tienen que ver los esfuerzos personales, no todo es social, pero creo que lo que uno busca es que se cumplan los derechos de las mujeres, que las mujeres tengan acceso a todos sus derechos”.
Y añade: “Yo lo veo más bien como que la lucha de las mujeres, y también la Cuarta Transformación, ha permitido que se visualice la mujer en el espacio público cosa que a lo mejor antes no era así”.
Al hacer un recuento de las obras que realizó en la capital del país, Claudia Sheinbaum revela que al estar en la Jefatura del Gobierno buena parte de los reflectores estuvieron sobre ella cuando mostró sus aspiraciones presidenciales, incluidos “los odiadores del Presidente”, pero no así sobre el resto de las corcholatas.
“Hay una parte de los odiadores del Presidente que también dirigen sus odios hacia acá. Tenemos esa vulnerabilidad. Sí, incluso frente a mis compañeros, frente a Adán Augusto [López] y Marcelo [Ebrard, pues no es lo mismo ser de Relaciones Exteriores o Gobernación, que jefa de Gobierno. Ellos tienen más movilidad, pueden ir a un estado u otro y nadie los cuestiona, y en mi caso si salgo un domingo, preguntan: ‘¿Qué hace la jefa de Gobierno en Tamaulipas?’”, dijo.
Entrega renuncia
Arturo Cano, autor del libro, hizo una recopilación de momentos que marcaron la trayectoria política de Sheinbaum Pardo. Entre ellos destaca la primera y única ocasión en que le pidió a López Obrador dejar su cargo de secretaria de Medio Ambiente, en 2004.
Lo anterior se debió a Carlos Ímaz, entonces esposo de Sheinbaum Pardo y delegado de Tlalpan, quien fue exhibido por Televisa en un video recibiendo dinero del empresario Carlos Ahumada; posteriormente fue exhibido René Bejarano, quien era secretario particular de López Obrador.
Un par de días después de la divulgación del video de Ímaz, Sheinbaum pidió ver al jefe de Gobierno y le presentó su renuncia.
López Obrador le dijo que no tenía por qué renunciar y la acogió durante un rato. Estaba “devastada” en uno de los espacios de su oficina. No dejó el cargo, y en 2006 fue vocera de la campaña del hoy Presidente de la República.
Por otro lado, se menciona que Martha Delgado, exdiputada local y exsubsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, hoy coordinadora de los recorridos de Marcelo Ebrard en el país, era crítica de las políticas ambientales de Sheinbaum, en su gestión en Medio Ambiente de 2000 a 2006.
“Desde sus compromisos de campaña nunca esbozó una política ambiental, eso se tradujo en presupuestos bajos y falta de determinación”, llegó a decir.
En la comparecencia de Claudia Sheinbaum ante la Asamblea Legislativa, en octubre de 2004, la diputada Delgado dijo que el único compromiso que López Obrador había hecho en la materia había sido nombrar a una persona conocedora de los temas ambientales, y había cumplido.
El libro de 188 páginas sobre la vida de Claudia Sheinbaum concluye con su último discurso como jefa de Gobierno de la Ciudad de México, en el cual resaltó que no es momento de dar un paso atrás a la Cuarta Transformación, “es tiempo de mujeres”, enfatizó.