La jefa de Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum Pardo, destacó que la lucha de las mujeres por la igualdad y contra la violencia no va a parar, y como funcionaria pública le corresponde construir una sociedad más justa, de derechos y de acceso a la justicia para este sector.
En el desayuno de 104 Mujeres Líderes que organizó EL UNIVERSAL, la mandataria refirió que la pugna de las mujeres es parte de una batalla de transformación de la sociedad, aunque destacó que las luchas sociales tienen más que ganar cuando son pacíficas y convencen en la vía del debate, de la razón y del entendimiento que cuando se imponen por la vía de la violencia y la destrucción.
Aseguró que es legítima la demanda creciente de erradicar el acoso y la violencia, desmantelar el machismo y garantizar el reconocimiento y el ejercicio de derechos y el acceso a la justicia para las mujeres, pues durante muchos años la agresión contra ellas no ha sido dimensionada en su magnitud real, incluso el extremo de esa violencia, el feminicidio, tiene apenas algunos años de haber sido reconocido en el código penal.
Sostuvo que la violencia hacia las mujeres se muestra en la sociedad en diversas formas, desde el piropo agresivo, la mirada y el roce lascivos, el acoso del jefe a las trabajadoras, el uso de las redes sociales para difundir imágenes y videos sin consentimiento, y “la más abominable”, la violencia feminicida que llega a asesinar a una mujer por sólo serlo.
Recordó que lo que hay de fondo en estas agresiones contra las mujeres es la desigualdad normalizada, una cultura que invisibiliza a la mujer, que la reduce a condición de objeto, negándole la dignidad de persona poseedora de derechos, además de que vive una situación económica desfavorable.
Sheinbaum reconoció que la lucha de las mujeres tiene décadas y ha conquistado derechos; no obstante, dijo que hay muchas que aún no tienen estas garantías, por lo que expuso seis acciones para atender las desigualdades en la Ciudad.
Entre ellas, comentó, está realizar cambios en la legislación que promuevan una vida libre de violencia contra las mujeres, así como el establecimiento de sanciones en el Código Penal que deje en claro que la sociedad considera delitos graves la violencia física y sexual; la segunda, dar acceso a la seguridad y a la justicia para las mujeres y capacitación con perspectiva de género.