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Este año el Servicio Sismológico Nacional (SSN) cumplirá su 110 aniversario de existencia y más de 90 años de pertenecer a la UNAM.
Científicos de esta instancia confiaron en que el avance tecnológico permitirá que en el futuro se puedan obtener datos en tiempo real y con mayor calidad.
Desde su fundación, el SSN mantiene una red de monitoreo sísmico en todo el país que opera de manera continua. El trabajo de este sistema es registrar, almacenar y distribuir datos del movimiento del terreno para proveer información sobre los movimientos tectónicos que se registran en el territorio nacional. Entre sus funciones también está el intercambio de datos con otras instituciones internacionales.
“El SSN cuenta con los mejores instrumentos y con la red de banda ancha más completa del país.
“En las 63 estaciones a lo largo del país se pueden registrar movimientos débiles y fuertes; en 43, que cuentan con GPS, es factible, además, medir de manera directa el desplazamiento”, aseguró Xyoli Pérez Campos, titular del SSN.
El servicio mantiene un catálogo con datos precisos sobre la localización y magnitud de todos los temblores que ocurren en el país, que se comparten con el Centro Internacional de Sismología.
También colabora con el Servicio Geológico de Estados Unidos, el Sistema Internacional de Alarma de Tsunami del Pacífico y centros de investigación en Guatemala, Nicaragua y Texas, en Estados Unidos, a los que se les se les envían datos en tiempo real para realizar labores de monitoreo, alertamiento, así como investigación.
“El SSN forma parte de la Federación de Redes Sismográficas Globales, la cual conjunta todas las redes del mundo. Participa en reuniones, comités y en la elaboración de políticas que se siguen internacionalmente para almacenar datos y metadatos”, informó la UNAM.
El 5 de septiembre de 1910 se fundó el SSN y se inauguró la Estación Sismológica Central de Tacubaya, donde actualmente se encuentra el Museo de Geofísica.
En un principio, se pensó en construir ahí la estación sismológica porque en esa zona de la Ciudad de México los sismos no se sentían igual que en el centro y porque para mantener su capacidad de registro en óptimas condiciones los instrumentos debían estar en un lugar aislado de cualquier vibración.
Los primeros instrumentos de medición eran péndulos que no medían con exactitud la energía liberada por un sismo. En esos años, los expertos propusieron instalar en cada estado estaciones sismológicas mecánicas autónomas con instrumentos de fabricación alemana tipo Wiechert, que eran los más modernos de la época.
Sin embargo, la situación económica del país no permitió poder adquirir dichos instrumentos y sólo se logró establecer dichas estaciones en Chihuahua, Monterrey, Zacatecas, Mazatlán, Guadalajara, Veracruz, Oaxaca y Mérida. Con ellos inició la red sismológica de México.
“En la actualidad, México cuenta con más de 500 estaciones, aunque no todas pertenecen al SSN.
“Originalmente éste pertenecía al Instituto Geológico Mexicano, pero desde hace 91 años ambas instituciones forman parte de la UNAM. Ahora contamos con un plan de crecimiento de red de banda ancha que se sumará a los esfuerzos para completar la espina dorsal del monitoreo”, explicó Ana María Soler, jefa del Museo de Geofísica.
En 2010, la Estación Sismológica Central de Tacubaya se convirtió en el Museo de Geofísica. Este edificio representa un monumento porfiriano, con dos pabellones construidos exprofeso para albergar una colección de sismógrafos, siete de los cuales están en condiciones de operar.
Es uno de los sistemas más antiguos de América, el cual ha funcionado por mayor tiempo y de forma continua.
En la nave uno se puede apreciar el sismógrafo tipo Wiechert de 17 toneladas, único en el mundo. En la dos se exhibe la evolución de los instrumentos que sirvieron para medir radiación solar, rayos cósmicos, campo magnético terrestre, cambios en las estructuras volcánicas y en el clima espacial.
Estos artefactos sirven para explicar a los visitantes los principios de los instrumentos digitales.