Con enérgicas críticas a las evaluaciones diagnósticas, al “mestizaje” educativo de sexenios anteriores y al sector empresarial, la Secretaría de Educación Pública (SEP) va por eliminar palabras y conceptos que considera neoliberales como “calidad educativa”, “competencia”, “sociedad del conocimiento”, “eficiencia” y “productividad” de los planes y programas educativos para el diseño de los libros de texto gratuitos de educación básica.
La SEP distribuyó entre sectores del magisterio y autoridades educativas —mediante un QR en la convocatoria a las Asambleas de Análisis del Plan y los Programas de Estudio para el diseño de los libros de texto gratuitos— el documento titulado Marco curricular y Plan de estudios 2022 de la educación básica mexicana.
En este texto la dependencia advierte que desde 1990 en las reformas educativas de sexenios anteriores intervinieron actores como la OCDE, ONG y sectores empresariales, y “se introdujo el concepto de calidad para medir el desempeño del sistema educativo con indicadores como ‘eficiencia terminal’, ‘equidad’, ‘rezago’, ‘cobertura’, ‘egreso’, ‘pertinencia’, entre otros”.
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Al participar la víspera en la primera de estas asambleas para el diseño de los libros de texto gratuitos, Marx Arriaga Navarro, director general de Materiales Educativos de la SEP, señaló que hoy la educación debe concebirse de otra manera para terminar con “el sueño neoliberal”.
“En su momento, el mismo consejo asesor de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos afirmó: ‘La reforma educativa es demasiado importante para el futuro de México como para dejarles a los educadores esta tarea’. Pero, ¿qué creen? No somos infantes. Así que no aceptaremos que nos impongan una política educativa sin que pase por un acuerdo nacional. Estas asambleas son el primer paso para completar los documentos rectores que el país requiere”, indicó.
En su intervención, dijo que es necesario “buscar una manera diferente [de educar], después de que ha terminado ese sueño neoliberal, donde nos prometían que si a las empresas les iba bien a los trabajadores les iría bien y hoy vemos que no. Ni el dinero trae la felicidad y este desarrollo industrial desmedido y esta libertad de mercado que proponían está acabando con el medio ambiente, con la moral y la seguridad”.
Mencionó que las evaluaciones y las pruebas diagnósticas se diseñaron para promover una ética laboral que justificara la desigualdad y los abusos que vivimos, y remató: “Porque ahora no es culpa de los empresarios, de los patrones o del Estado la calidad de vida que tenemos o la pobreza que nos rodea ahora; según ellos, somos nosotros los responsables porque no logramos capacitarnos bien, porque no somos emprendedores, porque no queremos competir o no alcanzamos a ofrecer una calidad en nuestro trabajo”.
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El documento distribuido a través de código QR en la convocatoria a las asambleas dice que el énfasis desmedido en la formulación técnica de los objetivos, competencias o aprendizajes clave que se ha promovido desde la SEP y otras instancias a lo largo de los años “está vinculado con una insistente preocupación por medirlos como criterio para evaluar la ‘calidad’ de la enseñanza o del aprendizaje, así como para determinar la eficiencia del sistema educativo en su conjunto”.
Además, señala que la educación básica de México “se ha definido desde organismos internacionales, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, donde se ha priorizado el desarrollo de un conjunto de saberes, habilidades, conocimientos y actitudes que los niños deben aprender en tres campos específicos: comprensión lectora, pensamiento lógico-matemático y habilidades científicas.
“En las últimas tres décadas ha habido una tendencia a vincular objetivos de aprendizaje, competencias y los aprendizajes esperados a estándares curriculares que favorecen, por un lado, la evaluación de los estudiantes a través de pruebas estandarizadas promovidas desde la SEP, el extinto INEE, la OCDE y organizaciones civiles proempresariales y, por otro lado, se evaluaron las competencias docentes, que no eran otra cosa que la medición del desempeño laboral de los maestros”, subrayó.
El documento, de 157 páginas, destaca que grupos de intereses se entrometieron en la creación de los planes y programas de estudio de educación básica.
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“En esta continuidad del currículo de educación básica también tuvieron injerencia, en diferentes momentos, diversos grupos de intereses cercanos al sector empresarial bajo el esquema de convenios, acuerdos o cruzadas por la educación básica. Estos sujetos intervinieron en la definición, conducción y valoración de las reformas educativas a partir de la década de 1990”, precisa.
Expone también que el mestizaje ha sido referente en los planes y programas educativos. El documento explica que el mestizo pasó a convertirse en el principal proyecto y acción política del Estado mexicano.