Con voz fuerte y decidida, María Guadalupe Lezama, madre del menor presuntamente abusado sexualmente por el diputado exmorenista Saúl Huerta Corona, se apostó en la Cámara de Diputados y alzó la voz: “Tenemos miedo de que hoy pueda ser una cortina de humo y que a la mera hora lo sigan solapando y no le quiten el fuero, por eso estamos aquí”.

A las puertas de San Lázaro, con cubrebocas rojo, la mujer quería dar su testimonio ante el pleno de diputados en el juicio de procedencia contra el supuesto agresor. Esperó cuatro horas y la dejaron entrar, pero a una sala alterna para seguir la sesión… y nada más.

Ante la mirada extraña de quienes no conocían los motivos por los que estaba ahí, la mujer, quien se dedica a vender accesorios de celular en un tianguis, se soltó a llorar: “Estoy triste y estoy decepcionada, sólo espero que esto no sea una simulación”.

Al mismo tiempo, dentro del recinto legislativo de San Lázaro ya estaba instalado el jurado de procedencia. Al lugar ingresaron cuatro representantes de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, quienes se sentaron en una mesa frente a los legisladores, mientras que tres abogados de Huerta Corona hicieron lo propio en una mesa colocada justo al lado.

La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), a través de Laura Angelina Borbolla Moreno, argumentó contra el diputado y sentenció: “Existen pruebas legales, contundentes, sólidas y científicas para quitarle el fuero a Saúl Huerta”.

En contraparte, la defensa de Huerta Corona, Pavel Arenas Landgrave, se limitó a argumentar que hubo violaciones al debido proceso, por lo que pidió que “por aberrantes que pudieran ser los elementos del tipo que se están imputando” se frenara el desafuero. Fueron dos horas de análisis y por 447 votos a favor, más las abstenciones de Agustín García Rubio y Paola Tenorio, el pleno le retiró el fuero a Huerta.

De inmediato tocó el turno al caso de Mauricio Toledo, acusado de enriquecimiento ilícito. El fiscal Rafael Chong Flores afirmó que el diputado federal del Partido del Trabajo abandonó el país desde el pasado 26 de julio.

“Un servidor público honesto no huye ni se esconde”, dijo ante la mirada sorprendida de los legisladores, mientras que Toledo respondió a través de redes sociales que su salida obedeció a “compromisos contraídos con anticipación”.

Su defensa negó que el patrimonio del petista se ha incrementado inexplicablemente, y acusó parcialidad en el proceso. En 5 horas y media los desafueros estaban consumados.

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