En el día 18 de la “nueva normalidad”, la Secretaría de Salud (Ssa) reportó 165 mil 455 casos positivos a Covid-19, 5 mil 662 más que ayer, así como 19 mil 747 defunciones, un incremento de 667 con respecto al pasado miércoles.
En conferencia de prensa, José Luis Alomía Zegarra, director de Epidemiología, indicó que 23 mil 528 casos conforman la epidemia activa, es decir, que se contagiaron en los últimos 14 días y aún pueden transmitir el virus.
Agregó que hay mil 868 defunciones sospechosas, de las cuales se esperan los resultados de las pruebas reactivas para ser confirmadas o descartadas. Agregó que los fallecimientos que se reportaron durante las últimas 24 horas ocurrieron en fechas previas.
Sobre la ocupación hospitalaria, el funcionario mencionó que en todo el país hay 24 mil 242 camas para atender Covid-19, de las cuales, 13 mil 40 están disponibles y 11 mil 202, llenas, por lo que a nivel nacional la ocupación es de 46%.
Comentó que hay 8 mil 464 camas de cuidados intensivos o que cuentan con ventilador mecánico para soporte respiratorio, de las que 5 mil 136 están disponibles y 3 mil 328, no. El porcentaje de ocupación es de 39%.
En camas generales, la Ciudad de México, el Estado de México y Guerrero mantienen la ocupación más alta, con 75%, 70% y 61%, respectivamente. En camas críticas, Baja California tiene una ocupación de 64%; el Estado de México, de 63%, y la Ciudad de México, 59%.
Luego de que en un foro virtual el director de Epidemiología anunciara que en próximas fechas el modelo de vigilancia epidemiológica será reorientado y se buscará detectar casos de Covid en grupos de riesgo, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, afirmó que llevar las pruebas a la comunidad no compromete su utilidad.
“Va a ser útil llevar las pruebas a la comunidad y tomar los especímenes en la comunidad.
“La salud pública se practica con intervenciones en la comunidad, que si no hay una carpa o un sillón, esto no afecta la calidad de la prueba, cómo se toma y el entrenamiento del personal sí pueden afectar, pero el lugar en donde se tome es irrelevante”, dijo.
En cuanto a la reunión que se mantiene cada semana con los gobernadores de las 32 entidades federativas, el funcionario comentó que además del semáforo, se planteó el reto de que el registro de los datos relacionados con la pandemia sea más rápido.
“Hay realidades geográficas en tre una unidad de salud distante en estados que son dispersos, pues eso lleva un tiempo”.
Después, dijo, “viene el tiempo del procesamiento y eso, ante un fenómeno inusual, ha saturado la operación de la red nacional de salud pública, a pesar de que la expandimos.
“La consecuencia es que entre más rápido se haga el procesamiento, más rápido pasan a la condición de confirmados, la media del rezago es de nueve días y lo ideal sería que fuera más corto”.
Enfatizó que la meta de la vigilancia epidemiológica no es contar casos y que en ningún país se conoce el número real de personas contagiadas o de fallecimientos por el nuevo coronavirus.
“En ninguna parte del mundo se tiene un número de la realidad del tamaño de la epidemia, (...) pero en México tenemos como preferencia decirlo explícitamente. No criticaré a ningún otro país, pero no he identificado que los voceros estén tan convencidos de esta idea de decirlo explícitamente —ni en número de casos o de muertes—, eso entorpece identificar los patrones de ocurrencia, la velocidad en que afecta a las poblaciones y cuáles son los grupos de riesgo”.
Señaló que México está lejos de un semáforo color verde y resaltó que éste no se modifica con base en deseos, sino en información técnica, por lo que son los gobernadores quienes deben evaluar la información que la Secretaría de Salud brinda para, así, implementar las estrategias que mejor convengan a cada estado.
Sin embargo, indicó que el país no está tan lejos del color naranja y precisó que no se tienen que vaciar los hospitales para cambiar a verde, sino que se deben tomar en cuenta todos los indicadores.
“Por ahí ha habido una perspectiva de que uno arregla el semáforo como quiere, pero no, para eso está el rigor técnico, los datos son los datos. Cada que hacemos la reunión con los gobernadores les pedimos que recuerden que nuestra función es técnica.
“Estamos obligados a decir lo que los datos indican, cuando se decide es con base en la información y a que hay múltiples factores según la entidad”, mencionó.