Entre narcotráfico, guerrilla y pandillas juveniles, Chiapas vive su peor crisis de seguridad, con el secuestro de 16 empleados de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana por un comando armado en el municipio de Ocozocoautla, ligado al Cártel Jalisco Nueva Generación, según fuentes federales.
Al inicio del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador las áreas de inteligencia federal detectaron la operación de los cárteles De Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, Los Zetas o Vieja Escuela, Beltrán Leyva, Del Golfo y De San Juan Chamula, así como la presencia de las pandillas Mara Salvatrucha 13 y Barrio 18, además de los grupos subversivos Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), Ejército Popular Revolucionario (EPR), Organización para el Desarrollo Paz y Justicia (ODPJ), Movimiento Campesino Regional Independiente (MCRI) y el grupo paramilitar Chinchulines.
Pero en los últimos años la pugna en Chiapas se cerró entre el Cártel de Sinaloa y el CJNG, mientras los otros grupos criminales fueron perdiendo fuerza, aunque no han desaparecido en su totalidad del estado, según el Mapa general de cárteles de la droga que operan en el estado de Chiapas, elaborado por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
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La pelea entre ambos cárteles por el control de municipios de la costa del Pacífico y los fronterizos con Guatemala, para el trasiego de drogas, armas e indocumentados, robo de hidrocarburo y lavado de dinero en establecimientos, arreció luego de que en 2021 el CJNG asesinó en la capital chiapaneca a Gilberto Rivera Maravilla, alias El Junior, hijo de Gilberto Rivera Amarillas, El Tío Gil, quien fuera lugarteniente de Joaquín El Chapo Guzmán en Chiapas, detenido en 2016 y luego extraditado a Estados Unidos.
Desde entonces se desataron asesinatos, balaceras, levas y desplazamiento forzado en municipios como Tuxtla Gutiérrez, Frontera Comalapa, Pantelhó, Amatenango de la Frontera, La Trinitaria, Mazapa de Madero, Tapachula, Motozintla, Chicomuselo, San Cristóbal de la Casas y San Juan Chamula, entre otros.
Como parte de la disputa, el CJNG, encabezado por Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, se unió con Los Huistas, un grupo criminal guatemalteco, para pelearle la frontera chiapaneca al Cártel de Sinaloa.
Además, surgieron grupos como Los Ciriles, relacionado con el CJNG, que irrumpieron en Pantelhó, en los Altos de Chiapas, donde intimidaron a la población e instalaron retenes.
Según el mapa del Centro Nacional de Inteligencia, dependiente de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Isidro y Jesús Gilberto Rivera Ramírez son los líderes del Cártel de Sinaloa en Chiapas, que opera de manera independiente y busca mantener la hegemonía sobre las células delictivas locales, principalmente en Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de las Casas, Chiapa de Corzo y Villaflores.
Del CJNG las autoridades identifican a José Inés Landero Barrero, El Indio y/o El Apestoso, como líder del grupo que aprovechando su base en Guatemala busca expandirse en la franja fronteriza, conformada por los municipios de Ocosingo, Las Margaritas, La Trinitaria, Frontera Comalapa, Motozintla, Frontera Hidalgo y Cacahoatán.
En tanto, las células delictivas locales como Los Collazo Gómez o Chamula Power, con presencia en San Cristóbal de las Casas, Los Pelones o Los Coyotes, en los municipios de La Concordia, Venustiano Carranza, Las Rosas, Tzimol y Socoltenango, y Los Chumises, afines al Cártel de Sinaloa, tratan de sobrevivir a la hegemonía de los grandes cárteles.
Según el mapa, Los Zetas, encabezados por Adán Juárez Gómez, El Pelón, tienen presencia en la región metropolitana, en Mezcalapa, norte, Soconusco y Selva Lacandona, entre las que destacan los municipios de Chiapa de Corzo, Berriozábal, Comitán de Domínguez, Las Margaritas, Ocosingo y Palenque, limítrofes con Oaxaca, Veracruz, Tabasco y Campeche, donde sobreviven células de Los Zetas.
Aunque debilitados en su estructura y operación, Los Beltrán Leyva siguen operando en el municipio de Palenque, colindante con Tabasco, una de las rutas de paso de migrantes centroamericanos hacia Estados Unidos.
En tanto, el Cártel de San Juan Chamula, liderado por un sujeto apodado El Caracol, opera en la comunidad del mismo nombre, mientras que el Cártel de Golfo en zonas limítrofes con Veracruz y Tabasco, que usa para el tráfico de migrantes centroamericanos.
La Mara Salvatrucha 13 y Barrio 18, pandillas juveniles dedicadas al homicidio y narcomenudeo, cuentan con presencia en Arriaga, Cacahoatán, Escuintla, Frontera Hidalgo, Huixtla, Metapa de Domínguez, Mapastepec, Palenque, Pijijiapan, Ciudad Hidalgo (Suchiate), Tapachula y Frontera Hidalgo.
Grupos subversivos
Las autoridades reportan la presencia del Ejército Zapatista de Liberación (EZLN), cuya zona de operación son comunidades de Ocosingo, Altamirano, Larráinzar, Chenalhó, Las Margaritas, Altamirano, Tonalá, Palenque, Salto de Agua, Túmbala y Benemérito de las Américas.
Asimismo, al EPR o Frente Nacional de Lucha por el Socialismo, activo en Villaflores, Villa Corzo, La Concordia, Ángel Albino Corzo, Venustiano Carranza, Motozintla, San Cristóbal, Salto de Agua, Altamirano y Ocosingo. También, al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y/o Organización para el Desarrollo Paz y Justicia, asesorada por Óscar Sánchez Alpuche, con control en puntos de Salto de Agua, Tila, Sabanilla, Túmbala y Palenque.
Al final, los paramilitares Chinchulines, antes miembros de la Organización para la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos y/o Agremiados a la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas y Coordinación de Pueblos, y el Movimiento Campesino Regional Independiente y Coordinadora Nacional Plan de Ayala-Movimiento Nacional.
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