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esteban.roman@eluniversal.com.mx
Sobre la azotea de Judith Rodríguez hay un edificio colapsado. Luego del sismo del 19 de septiembre, la señora no ha regresado a esa casa porque en la superficie sólo hay escombros de la torre de departamentos que había en Saratoga 714, colonia Portales Sur.
¿Qué va a hacer? No sabe. “He preguntado y nada. Ayer estaban aquí unos señores con un montón de credenciales. Me dijeron: ‘No señora, ustedes vayan a Protección Civil y ellos les van a avisar’. Otros nos dijeron ‘llamen al 911’. Pero he llamado mil veces y nadie contesta”.
Mariano García, ingeniero civil especialista en estructuras y director general de Plexo Estructural Ingeniería, dice sobre su experiencia los últimos tres días: “He notado descontento de la gente porque no se están acercando personas con el profesionalismo técnico para asesorarlos sobre qué va a pasar con sus viviendas (...) Estuvimos [el 20 de septiembre] en Condesa y en Roma; ahí observamos cómo hay edificios que están a punto de caerse sobre los rescatistas y no había ido gente para hacer una evaluación”.
Según habitantes de colonias afectadas, nadie les ha ayudado a distinguir qué daños son graves y cuáles no.
A Javier Almeida Roldán le dijeron que debía salirse de la casa ubicada en Eje Central 720, Portales Sur, tras una inspección visual que, dice, no duró ni un minuto. “No entraron, no checaron, desde afuera vieron las grietas”. Dentro quedaron pertenencias, comida, recuerdos.
El ingeniero estructural Pablo Iván Ángeles Guzmán, profesor de la UNAM, dice en entrevista que “no cualquier persona puede juzgar la viabilidad de habitar un edificio. Necesita ser un ingeniero civil y tener una especialidad en estructuras”.
Desde el 19 de septiembre el ingeniero Ángeles dice haber revisado 12 edificios. “En algunos casos ya había acudido alguien de Protección Civil, pero sólo están llenando un dictamen de tres páginas muy sencillo. Tengo una copia. No tiene nada que ver con lo que nosotros, gratuitamente, hacemos”. La inspección que él realiza, añade, es mínimo de tres horas.
Jacqueline Canto, una de las coordinadoras del centro de acopio en el Parque España, dice que en la Condesa el diagnóstico a los edificios no lo están haciendo funcionarios de gobierno, sino “un grupo de arquitectos privados que se estuvo organizando. Protección Civil no está. Son un relajo”.
Ayer por la tarde EL UNIVERSAL realizó una prueba. Se llamó por teléfono a las 16 delegaciones de la Ciudad de México —entre las 19:00 horas y las 21:00 horas— para preguntar por ayuda. Sólo en cuatro de las demarcaciones respondieron: Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc, Magdalena Contreras y Álvaro Obregón.
“Híjole, a ver, permítame un momento”, dijeron al principio en la delegación Magdalena Contreras. Luego transfirieron a otro departamento donde informaron que “se necesita ayuda todos los días, desde las nueve de la mañana en la explanada de la delegación”.
En Álvaro Obregón dijeron que “no se necesita ayuda como tal porque hay zonas más afectadas como el sur, Roma y Condesa”. En Cuauhtémoc comentaron que están solicitando ingenieros y arquitectos que los apoyen a valorar daños. Misma respuesta tuvo la delegación Miguel Hidalgo.
Algunas delegaciones están peor: cinco de ellas no tienen un número de Protección Civil disponible en su página web. Omiten el dato Venustiano Carranza, Iztapalapa (que en su directorio manda a una página de Protección Civil de Aguascalientes), Cuajimalpa, Magdalena Contreras y Xochimilco.
El número telefónico de la delegación Benito Juárez —una de las zonas más afectadas por el sismo— y el de Cuajimalpa (Atención Ciudadana) no dan tono.
Pero la falta de atención no es sólo un problema delegacional.
En la página web de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación hay un apartado para Municipios del Distrito Federal. En él hay un mapa de las 16 delegaciones, que al darle click sólo arroja: “No hay información disponible”.
Mientras autoridades de todos los niveles de gobierno estaban pendientes del rescate de Frida —la niña inexistente del Colegio Enrique Rébsamen—, Carlos Tovilla rogaba para que le permitieran iniciar la búsqueda de su madre, atrapada desde el 19 de septiembre en las ruinas del edificio Saratoga 714 donde ella trabajaba como empleada doméstica. Dos días después de quedar sepultada, Candelaria Tovilla seguía ahí. La sacaron sin vida el 21 de septiembre. Vecinos del lugar, quienes esperaban en la esquina de la calle acordonada, denunciaron que esa mañana no había en el lugar ni marinos, ni soldados, ni empleados federales o rescatistas del gobierno local.
Patricia Zaragoza trabaja cerca de ahí, en el edificio de departamentos de Eje Central 723. “Administro 15 edificios. Me dedico a eso y hasta ayer en ninguno habíamos recibido asesoría o ayuda”. Comenta que en el teléfono 911 le dijeron que sólo estaban atendiendo casos graves. “¿Pero cómo puedo saber si el daño al edificio es grave? No soy especialista”.