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El día de ayer no fue como cualquier otro para los visitantes del Complejo Cultural Los Pinos. Además de conocer la residencia donde antes vivían los presidentes, observaron los vehículos que el gobierno subastará el domingo a través del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes.

Se trata de 42 carros confiscados por la Fiscalía General de la República (FGR) y otros 26 que pertenecían a la Oficina de la Presidencia; sus costos son variables, pues hay desde el descontinuado vochito hasta camionetas que valen más de un millón de pesos.

Y aunque la mayoría de las personas no sabía el origen de los carros ni cuál es su destino, no perdieron la oportunidad de tomarse una fotografía.

La primera sensación que él tuvo cuando se enteró de que iban a vender los automóviles fue de alegría: “No sabía que eran autos de la delincuencia, qué bueno que se los hayan quitado. Ahora el problema es ver quién los va a comprar y que el dinero se utilice en buenas causas”.

Entre bromas y risas, Arturo, quien trabaja como valuador, examinó todos los vehículos junto con Elena Georgina Hernández Cordero. Ella aprovechó la ocasión para recordar cuántos medios de transporte ha tenido.

“Tuve cuatro carros, todos fueron de segunda. No he podido comprar ninguno en agencia porque están caros, pero cuando he comprado lo he hecho dignamente”, comentó.

Aseguró que, aunque tuviera el dinero, no compraría estos carros por seguridad: “También para qué va a ser uno tan ostentoso, mejor no peligrar. Ya ve lo que hacen por un celular [los delincuentes], ahora imagínese por estos carros”.

A pesar de eso, uno de los automóviles más llamó la atención de Elena y Arturo fue un Lamborghini Murciélago color gris, el cual tiene un costo aproximado de un millón 472 mil pesos.

También un Corvette 2016 con placas del estado de Morelos y que tiene un precio base de 618 mil pesos.

Elementos de las policías Federal y Militar fueron los encargados de resguardar los 68 vehículos, pero su trabajo más arduo fue atender las preguntas de quienes mostraban interés en participar en la subasta.

“Hemos visto disposición de mucha gente para comprar, incluso si se inscribieron a la subasta y con previa cita gente del SAE permite que se suban a los carros”, explicó la policía tercero Santa Guadalupe Galindo Cruz.

Aseguró que la camioneta Shelby F-150 pick-up, con un precio inicial de un millón 216 mil pesos, es una de las que más atrae el interés de los posibles compradores.

Esa misma curiosidad fue compartida por las decenas de niños que llegaron a Los Pinos, a través de excursiones escolares. A su llegada ninguno perdió la oportunidad de ver el Shelby con placas del estado de Sinaloa.

Lo mismo hizo Leticia Ibáñez Hernández, habitante de Cosolapa, Oaxaca, quien vino a la capital a visitar la Basílica de Guadalupe y de paso la exresidencia presidencial.

Sobre la decisión de entregar el dinero de la subasta a los municipios más pobres del país dijo que “está muy bien [la subasta], si va a ser en apoyo a gente que lo necesite, por ejemplo, a [personas de bajos recursos de] Oaxaca, porque ahí hay un nivel un poquito bajito, hay mucha pobreza”.

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