Eran las 10 de la noche cuando Juan Carlos transitaba sobre la avenida Valle de Guadiana, en Ecatepec de Morelos, para dirigirse a su domicilio.
Regresaba de trabajar acompañado de su hermano, se detuvo en un semáforo al llegar a la esquina de la calle Caoba, en la colonia Valle de Aragón tercera sección. En cuanto frenó la marcha del auto al iluminarse el semáforo en rojo, dos sujetos se acercaron al vehículo uno del lado del copiloto y el otro en el lugar del volante.
Tocaron las ventanillas del auto con una pistola, los despojaron de sus carteras y celulares. Los amenazaron con dispararles si no bajaban del Accent Hyundai color azul, modelo 2018, que Juan Carlos apenas en noviembre sacó de la agencia.
“Dos sujetos a punta de pistola nos quitaron las llaves del carro, dinero y celulares. Eran chaparros y flacos. Por favor, si alguien sabe algo de mi auto, avise”.
El atraco ocurrió la noche del 26 de julio, Juan Carlos presentó la denuncia ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, pero aún no ha recibido noticias.
Ha publicado en distintos grupos de denuncias de Facebook los datos de su vehículo para encontrarlo. Hasta ahora no ha tenido éxito.
Las denuncias por robo de vehículo presentadas ante el Ministerio Público (MP) se incrementaron 84% entre 2015 y 2017, al pasar de 157 mil 850 a 186 mil 896.
La violencia aplicada también aumentó 17% según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
En su edición del 12 de febrero de 2018, EL UNIVERSAL publicó que una vez que son robados los autos los llevan con un intermediario que paga de 8 mil a 15 mil pesos. Los vehículos “más comerciales y alterables” son los Vento, Aveo, Gol y Jetta. A excepción del Mazda, que alcanza los 18 mil pesos.
Una vez que eso ocurre son vendidos en autopartes o clonados. Los autos como un BMW o camionetas pickup son alterados en sus registros y enviados a otros estados, así como a la ruta hacia el sur en Veracruz y de ahí a Centroamérica.
