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El Cártel de Tláhuac no quedó sin cabeza tras la muerte de Felipe de Jesús Pérez Luna, "El Ojos", quien murió en 2017 al enfrentarse a personal de la Secretaría de Marina, ya que desde ese momento se ubicaba a su sobrino Ricardo Ferro Pérez, "El Peque" o "El Richi", como su sucesor natural.
Con base en un diagnóstico de seguridad al que se tuvo acceso, se supo que la estructura de mando recaería directamente en él, hijo de la hermana de Pérez Luna.
A Pérez Ferro, de al menos 30 años, se le identificaba como principal sicario de El Ojos, al ser quien se encargaba de eliminar a los rivales de su tío, por lo que se le relaciona con ejecuciones ocurridas en las delegaciones Tláhuac e Iztapalapa.
También tenía, aparentemente, la encomienda de supervisar los puntos de venta que eran controlados por el Cártel de Tláhuac y, en caso de que existiera alguna invasión de su territorio, les ofrecía su mercancía para que fuera esa la que comercializaran.
Además, era quien presuntamente se encargaba de visitar los negocios a los que se les cobraba derecho de piso. Su zona de acción eran las colonias Zapotitla y La Estación.
El Richie, fanático de los autos, heredó el mando de un grupo al que entre 2014 y 2017 se le atribuyeron 30 homicidios.
Uno de esos crímenes fue el asesinato de dos agentes ministeriales del Estado de México, uno de ellos Felipe Carmona Dávila, por el que actualmente se encuentra preso Miguel Ángel Pérez, hijo de Pérez Luna.
El cártel cuenta con una red de halcones, con cerca de 300 mototaxistas y elementos policiales que le informaban de todo movimiento en su zona de influencia.