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justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
La Procuraduría General de la República (PGR) gastó entre 2011 y 2017 un total de 40 millones 601 mil pesos para la toma de muestras de ADN a familiares de personas desaparecidas, sin que se tengan resultados certeros de su paradero.
Hasta finales de 2017, la PGR tenía una base de datos con 14 mil 170 muestras genéticas de personas que tienen familiares desaparecidos, un registro mucho más alto que los 385 cuerpos encontrados en fosas clandestinas de los que la dependencia tomó competencia.
Información de la procuraduría señala que entre 2012 y 2017 se localizaron 197 fosas clandestinas en 13 entidades del país, en las que se hallaron 385 cuerpos. El año 2014 fue en el que se acercaron más personas (3 mil 212) para que se tomaran sus muestras genéticas.
En 2011, la Coordinación General de Servicios Periciales de la PGR gastó 2 mil 400 pesos por cada muestra genética, aplicada a 899 personas. En 2012 realizó mil 102 muestras a un costo de 2 mil 650 pesos.
El costo siguió en aumento, ya que en 2013 desembolsó 2 mil 700 pesos por cada una de las mil 634 que aplicó. Al año siguiente el precio de la muestra fue de 2 mil 750 pesos.
Servicios periciales de la PGR realizó 2 mil 500 muestras genéticas en 2015, a un costo unitario de 2 mil 850 pesos; en 2016 fueron 2 mil 540 análisis cuya erogación fue de 3 mil pesos cada una, mientras que en 2017 las 2 mil 283 muestras tuvieron un precio de 3 mil 300 pesos.
En contraste, la Coordinación General de Servicios Periciales, por medio de medicina forense, tomó conocimiento de 197 fosas clandestinas localizadas en los estados de Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Ciudad de México, Sonora, Morelos, Jalisco, Michoacán, Veracruz, Coahuila, Tamaulipas, Zacatecas y Baja California.
Guerrero es la entidad con más fosas y cuerpos encontrados, al registrar 112 y 250, respectivamente. Al desglosar los datos por municipios se observa que en Iguala se localizaron 58 fosas en las que había 181 cuerpos.
Le sigue Acapulco, con 40 fosas y 56 cuerpos; Cocula, cuatro fosas con seis restos humanos; Eduardo Neri, cuatro fosas con seis cadáveres; Taxco, cuatro fosas con dos personas fallecidas, y Ayutla, una fosa en la que había un cuerpo.
El segundo estado con más fosas clandestinas fue Jalisco, con 37 de éstas y 75 restos humanos localizados, todos, en La Barca; le sigue Morelos, con ocho fosas y 15 cuerpos que fueron localizados en los municipios de Tezoyuca, Jojutla y Xochitepec.
En los municipios de Boca del Río, Ixtaczoquitán y Coatzacoalcos, Veracruz, se localizaron un total de cuatro fosas con ocho cuerpos; en Michoacán se contabilizaron cuatro fosas con 11 cuerpos localizadas en los municipios de Lázaro Cárdenas y Aguililla.
Los estados con menos fosas y cuerpos, según la PGR, fueron Coahuila, con dos, un cuerpo y restos óseos en el municipio de Torreón; Tamaulipas, donde se encontraron dos fosas en Reynosa, una en Ciudad Victoria, con un cuerpo, y otra en Ciudad Mante, con restos óseos; mientras que en Tijuana, Baja California, se encontraron 15 fosas con un cuerpo y restos óseos.