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justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) detalló la zona de influencia de los presuntos narcomenudistas que distribuyen drogas en Ciudad Universitaria. Esta célula, según explicó el titular de la dependencia, Edmundo Garrido Osorio, radica en colonias aledañas al circuito universitario, por lo que se les facilita la distribución de enervantes por toda aquella zona.
Al ser cuestionado sobre quién o qué cártel les vende la droga para su distribución al menudeo, o de dónde la obtienen, Garrido Osorio comentó que por el momento no tienen esa información, al explicar que la procuraduría capitalina se limita sólo a combatir el delito de narcomenudeo, delegando toda la responsabilidad de investigación a fondo a las autoridades federales.
El abogado de la Ciudad destacó que a pesar de las detenciones realizadas el año pasado en el circuito universitario por el delito de narcomenudeo, la dependencia investigadora local no cuenta con una averiguación previa por delincuencia organizada. “En el tramo de responsabilidad de la procuraduría, que corresponde al narcomenudeo, nuestra obligación y nuestra competencia es el narcomenudeo; el tema de delitos contra la salud es competencia federal”, comentó el procurador Edmundo Garrido.
Con base en esto, y según la incipiente investigación que ha hecho la procuraduría capitalina, se detalló que las células de narcomenudistas que se han infiltrado en Ciudad Universitaria viven en colonias cercanas. Aparentemente tienen detectados tres domicilios, pero no han irrumpido en ninguno y tampoco han logrado la detención de tres de los principales integrantes de esta pandilla, que tiene al menos 20 vendedores.
Determinaron también que la zona de influencia de estas “pandillas”, y donde los han detenido desde 2017, son avenida Delfín Madrigal, la colonia Copilco Universidad, Pedregal de San Francisco, así como en el sector de Pedregal de Santo Domingo, en la delegación Coyoacán.
El principal mercado de estos grupos aparentemente son los jóvenes universitarios que ingresan en el camino de las drogas, puesto que lo que más venden es marihuana.
La dependencia investigadora dio a conocer que de 2017 a la fecha se han puesto a disposición de la autoridad correspondiente por el delito de narcomenudeo 72 personas, se han ejecutado 29 órdenes de aprehensión, de las cuales arrojaron un total de 143 imputados por el mismo delito. En total, según las estadísticas de la Procuraduría General de Justicia de la capital, se ha indagado un total de 93 casos por delitos contra la salud, sólo en las inmediaciones de Ciudad Universitaria.
Además de las detenciones, en ese mismo año los agentes de investigación decomisaron 561 grapas de polvo blanco, al parecer cocaína; 100 gramos del mismo producto, 369 gramos de piedra, 600 gramos de marihuana y mil 221 bolsas de la yerba.
También aseguraron 16 cigarros de marihuana y 24 pastillas sicotrópicas, productos de los más pedidos en zonas conocidas como El Frontón, Los Bigotes y los pasillos y corredores del recinto universitario.
Con esta información con la que cuenta y a pesar de tener datos sobre los domicilios en los que pernoctan los integrantes de las bandas y que por lo menos 20 tienen relación entre sí, la procuraduría local no ha iniciado una sola averiguación previa por el delito de delincuencia organizada y sólo los consigna de manera individual por narcomenudeo, lo que facilita que los vendedores obtengan su libertad después de estar en prisión sólo unas semanas.
Debido a que la cantidad de droga que portan al momento de su detención es el mínimo aceptable para decir ante las autoridades que son “consumidores”, y al no existir ninguna agravante, horas después se ser liberados regresan a CU a vender.
“Cuando [estas personas] son puestas a disposición [de la autoridad] hacen valer su derecho al debido proceso y se reservan, no declaran. Sobre lo que tú me preguntas no puedo precisar el tema.
“Lo que te puedo precisar es que hemos desarticulado bandas delictivas dedicadas al narcomenudeo exclusivamente”, respondió el procurador Edmundo Garrido cuando se le preguntó por qué entonces no han consignado a ninguno de los vendedores de esas “pandillas” por el delito de delincuencia organizada.