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Hace un mes, José Luis llegó en su camioneta a la Universidad La Concordia, se estacionó en el exterior del plantel, como de costumbre, y se fue a clases. Dos horas después salió de prisa, porque iría a recoger a su esposa al lugar en que laboraba, pero su vehículo había desaparecido. “¡Me la robaron!”, exclamó.
José Luis, de 30 años, es padre de una niña y un bebé. Además de estudiar tiene una pequeña tienda de abarrotes en la colonia Gremial. Durante un año, dice, en la familia se hizo un “gran esfuerzo y sacrificio” para reunir los 45 mil pesos que costaba la camioneta, porque entonces se valían de un triciclo para surtir el negocio, mismo que después del robo han vuelto a utilizar para trasladar su mercancía.
“Yo tengo una tienda de abarrotes, la echamos a andar hace un año. Con esfuerzo y sacrificio compramos esa camioneta para la tienda”.
El 7 de septiembre pasado, la Fiscalía General de Justicia del estado abrió la carpeta de investigación 17772/09-17 por el robo de vehículo de motor estacionado en la vía pública, marca Nissan tipo pick-up, cabina y media, dos puertas, cajón extralargo, en color café con placas de circulación AF 13113 del estado de Aguascalientes. Hasta la fecha no hay avances en la investigación, comenta.
José Luis, recién egresado de la licenciatura en Sicología, señala que al observar el aumento de robo de vehículos en esta ciudad, decidió colocar un cortacorriente y seguros redondos a su camioneta, como medida de seguridad para que no la pudieran abrir ni encender; pero el mecanismo de nada sirvió. Dijo que los ladrones se roban todo tipo de vehículos, último modelo y carros viejitos, “camionetas como la mía, que son muy cotizadas”.
Cuenta que el día del robo llegó a las siete de la noche a la Universidad La Concordia, en donde estudia un diplomado de Grafología. Ahí se encuentra la avenida Tecnológico, que es muy transitada, y en la misma zona está el Instituto Tecnológico de Aguascalientes.
“Esa vez me llevé a mis hijos, porque el maestro me permite llevármelos, tengo un niño de cinco años que se llama Mateo y una niña de nueve meses que se llama Sara, que puse en su portabebé en la camioneta, y el niño iba en la cabina. Bajé la carriola, le puse cortacorriente y la cerré bien. La dejé estacionada, se veía la avenida, estaba a un lado de un complejo residencial”.
A las 21:30 horas, “cuando salgo la camioneta, no está, no se encuentra. Busqué. Hablé al 911, esta vez me contestaron rápido, me preguntaron qué pasó, el número de las placas. Estaba haciendo mucho frío, estaba con mis niños ahí; le hablé a un amigo: ‘¿Sabes qué?, ven por mí’, porque también iba para el trabajo de mi esposa, para ir a recogerla, le dije: ‘Ven por mí, ayúdame, échame la mano’. Después de media hora, llegaron elementos de la Policía Municipal”.
Menciona que los agentes lo cuestionaron y pidieron datos de la camioneta y un policía le dijo que no pusiera la denuncia por el robo. “Decía: ‘Mira, no pongas la demanda ahorita, espérate por si la llegamos a encontrar (...) si la encontramos ahorita te la llevamos’”.
José Luis dice que no aceptó le recomendación de los policías y pasadas las 22:00 horas llegó a la agencia del Ministerio Público de Robo de Vehículos, en donde tardaron cerca de cuatro horas en recibirle la denuncia. “Ahí estaban muy lentos, había mucha la gente, detrás de mí todavía llegaron cuatro personas a poner una demanda por robo de sus vehículos”.
En la agencia, dice haber escuchado que “ traen un registro de robo de 10 a 12 carros diario. ¡No puede ser!”.
Esa noche y madrugada llegó más gente a denunciar el robo de varios vehículos. Describe que las personas estaban muy serias.
Dijo que al salir del Ministerio Público no aceptaba lo que le había pasado. “Todavía no me la creía, fue muy impactante”.
Aunque en el Ministerio Público no reportan avances, no ha perdido la esperanza de que pueda recuperar su camioneta, herramienta fundamental para que su negocio pueda crecer.