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A Manuel Jesús le cambio la vida en vísperas de que su hijo cumpliera la mayoría de edad. Hombres armados se lo llevaron frente a decenas de espectadores de un encuentro de futbol. Desde hace 85 días peregrina, en barandillas, hospitales y en el forense en busca de rastros de él.

Su caso se inscribe dentro de las 649 de desapariciones forzadas registradas tan sólo en el municipio de Culiacán e inscritas en el Registro Nacional de Personas Extravidas y Desaparecidas (RNPED), entre los años 2013-2017.

Hombre del campo, curtido por el sol y el trabajo rudo, a sus 55 años, el peso de la pena y la angustia, lo hace ver mayor.

Confiesa que vive con temor, siente que lo vigilan, por lo que accedió a hablar de su tragedia en un lugar público, alejado de la sindicatura en donde vive con su familia.

Con dolor, narró que cedió a la petición de aportar muestras de sangre y someterse a un estudio dental para que los peritos forenses cotejen su ADN con los cuerpos que son extraídos de fosas clandestinas, sin ningún resultado.

Su vía crucis por encontrar algún rastro de su hijo lo llevó a renunciar a su trabajo, por lo que sus escasos ahorros se le diluyeron en 70 días, al grado de vivir de la caridad de amigos, conocidos y vecinos, por lo que su antiguo patrón lo reincorporó.

Los únicos testimonios recogidos, casi en forma clandestina y secreta, es que a su hijo se lo llevó un grupo armado, cuando este, desde la cerca del estadio de futbol, presenciaba un encuentro en la sindicatura de Aguaruto.

Su cuarto hijo, Jesús Guadalupe, nació con una lesión leve en el sistema nervioso que le dificulta caminar de forma correcta, puesto que sus piernas no desarrollaron la musculatura adecuada, pero su habilidad con los números, es sorprendente.

Manuel de Jesús Sepúlveda Rodríguez, nacido en un pequeño poblado en Sinaloa de Leyva, desde hace casi 30 años, reside con su esposa e hijos en una zona agrícola, casi en los límites con Navolato, en donde trabaja como armador de mallas sombras para invernaderos.

Casado con Marcita “N”, con quien tuvo cuatro hijos, tres varones y una mujer. El matrimonio juntaba dinero para festejar el día 23 de noviembre de 2017, el cumpleaños 18 de su hijo.

Fue en vísperas de la fiesta sorpresa que le brindarían, cuando lo vieron por última vez.

Don Manuel de Jesús aún tiene fresca la imagen de su hijo cuando les avisó que iría al estadio a ver un juego de futbol, luego de haber leído un mensaje que recibió en su celular.

“Mi hijo no es vago, borracho, drogadicto, ni tiene malas amistades”, dice Manuel, por lo que no entiende por qué se lo llevaron.

Nadie hace nada por buscarlo, la Fiscalía General del Estado parece que archivó el caso, como lo hace con centenas de denuncias de desapariciones de hombres y mujeres.

“Les pedí a los investigadores que soliciten los registros de las llamadas y mensajes de su celular, previo a su desaparición, para ver con quién tuvo conversaciones o intercambió textos, como una línea a seguir. No hay respuesta de ellos”.

Recurrió a la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos (no gubernamental) en busca de ayuda, para que se investigue a fondo su paradero. Este organismo documentó, sólo en el mes de enero de este año, 78 nuevos casos de personas que no aparecen.

Sepúlveda Rodríguez se dolió de que familiares cercanos se sientan ofendidos al ser citados a declarar, como parte de la carpeta de investigación que se abrió. Sienten que son tratados como sospechosos.

“A Jesús Guadalupe, parece que se lo tragó la tierra”, lamenta su padre.

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