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Los delitos del fuero común, su impacto y alta incidencia son muestra de la situación que vive México y, según la Arquidiócesis de México, del “fracaso de los sistemas orgánicos de combate al crimen, con la participación de los tres niveles de gobierno”.

A través del editorial del semanario Desde la Fe, la Iglesia expresó que la inversión millonaria de recursos para combatir al delito no ha sido una respuesta eficaz para disminuir los índices de delitos. Ese dinero sirve para nutrir al crimen, la manera de un tumor que necesita tejido sano para devastar al organismo: “Los cuerpos policiales mantienen niveles bajísimos de profesionalización, y la impunidad es la levadura que incita a la desconfianza para descomponer la cultura de la seguridad”, aseguró

Bajo el título Más dinero, más delito, el texto retomó datos del Observatorio Nacional Ciudadano que refiere que cualquier persona en el país es vulnerable en su seguridad personal y patrimonial.

El organismo señala que la crisis se agudiza y es crónica porque desde hace más de una década existen diversos factores que no deben reducirse solamente a la lucha entre los cárteles poderosos del crimen. El mal está arraigado en las mismas estructuras públicas, lo que favorece la impunidad sostenida por la corrupción.

Por ejemplo en materia de robos, las tasas de 2017 muestran porcentajes de crecimiento preocupantes, comparadas con las de 2016: 36.99% en robo con violencia, 36.18% en robo a negocio, 34.68% en robo a transeúnte, y 15.50% en robo de vehículo.

La Iglesia católica lamentó que además existan otros datos que reafirman delitos que en teoría iban a la baja como el secuestro: “Conforme a los datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad (Envipe) 2016 del Inegi, el secuestro es otro mal lacerante. En 2016 se estimaron casi 70 mil personas que fueron privadas de la libertad de manera ilícita. La Envipe revela que 31 millones de delitos se reportaron en el país y los costos económicos son de 1.1% del Producto Interno Bruto (PIB), seis veces superior a los 36 mil millones de pesos necesarios para la reconstrucción de los estados afectados por los sismos de septiembre”.

La arquidiócesis que encabeza el cardenal Norberto Rivera apuntó que días posteriores a los sismos, las noticias sobre actos delictivos se dieron a conocer y salieron del escenario para destacar la solidaridad de los habitantes.

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