Como una celebrity, Emma Coronel, esposa de Joaquín El Chapo Guzmán, se presentó ante la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York.
En su rostro destacan las grandes gafas de sol metálicas. Su look en general es sobrio, un saco azul con pequeños destellos en blanco que hacen resaltar una blusa del mismo color que ciñe a su cuerpo, con un cinturón de marca Gucci.
En la banqueta del edificio de la Corte Federal de Brooklyn, se le escucha por primera vez en los 15 meses que lleva preso su esposo. Luce esa blusa de hombro izquierdo descubierto, mallas negras, zapatos altos y abrigo a rayas.
Se acerca a los micrófonos y en español, en sólo 49 segundos, muestra su inquietud por el aislamiento al que su esposo es sometido desde su extradición a Estados Unidos, en enero de 2017.
La ex reina de belleza en Durango, de 28 años de edad, madre de las hijas mellizas del capo, va en todo momento escoltada.
Coronel no lleva joyas, sólo un reloj. En sus manos, sin anillos, resalta su cuidadoso manicure. Egresada de Ciencias de la Comunicación, es directa en su mensaje y el abogado de su esposo, Eduardo Balarezo, no permite preguntas.