El mensaje del rector de la UNAM, Enrique Graue, ante los hechos violentos de ayer no deja lugar a dudas: las armas no son opción para enfrentar a los narcos en el campus universitario.
Por eso llama a los jóvenes a rechazar a quienes comienzan a inundar a Ciudad Universitaria con la venta de estupefacientes: no son sus amigos y viven en una realidad distinta.
Otro mensaje del rector es a que ante el proceso electoral en curso se busque desestabilizar a la Universidad Nacional o desde la Universidad.
Si de algo sabe la máxima casa de estudios es de su manipulación en tiempos electorales, como ocurrió en 1999-2000 cuando ocurrió la huelga estudiantil más larga en su historia pues la mantuvo cerrada nueve meses.
Así que no sólo es el acoso del narco sino la amenaza del posible uso político de la Universidad en pleno periodo de sucesión presidencial.
Ahora lo que se esperaría es que el gobierno federal tome cartas en el asunto de la mano del gobierno de la Ciudad de México para evitar que las balas se hagan comunes en donde es la inteligencia y la palabra lo que distingue a una institución como la UNAM.