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Nueva York.— El abogado de Joaquín Guzmán Loera, Eduardo Balarezo, acusó al gobierno de Estados Unidos de tener pruebas de que El Chapo no es el líder del Cártel de Sinaloa, principal cargo al que se enfrenta ante la corte de Brooklyn, Nueva York, que lo tiene que juzgar a partir del 5 de septiembre.
El letrado se encaró a la fiscalía en la última audiencia en la Corte del Distrito Este de Nueva York y exigió al juez de la causa, Brian Cogan, que el gobierno entregue los documentos y pruebas que tenga sobre la posible inocencia del capo.
“Es una burla”, se quejó Balarezo tras la vista judicial. El letrado está convencido de que el gobierno tiene “desde hace mucho tiempo información que dice que el señor Guzmán no fue el líder, trabajaba para otra gente, y no era la cabeza del Cártel de Sinaloa”.
La petición se basa en el hecho de que la fiscalía debería presentar información, pruebas y evidencias tanto de la culpabilidad del acusado como de su posible exoneración.
La fiscalía, en un documento enviado la medianoche antes de la audiencia, confesó que tiene al menos una declaración de “una fuente confidencial que dice que una tercera persona es un narcotraficante más poderoso que el defendido”.
El gobierno consideró que muchas veces la información de este tipo de fuentes no es “confiable ni de primera mano, sino basada en impresiones subjetivas, rumores o habladurías”, y que tampoco se puede considerar que exculpen a El Chapo de los delitos de los que se le acusa.
“Los crímenes de los que se acusa al defendido no requieren que sea el único capo narcotraficante en México ni el más poderoso. El hecho de que una fuente crea que otro traficante era más poderoso no es exculpatorio”, justificó la fiscalía en el documento.
El martes, ante el juez, Balarezo insistió en que no es prerrogativa del gobierno decidir qué fuentes o no creer en nombre de la defensa, y consideró “ofensivo” y “ridículo” que se nieguen a entregar las pruebas.
El gobierno, por su parte, intentó revolverse asegurando que, a pesar de que se determine que El Chapo no era el líder de ningún cártel, tenía bajo su mando a más de cinco personas y eso ya lo convierte en un cabecilla.
Balarezo no estuvo de acuerdo. “El cargo número uno es su participación en una empresa criminal. Para demostrar eso el gobierno tiene que probar que él era un líder, un organizador (…) Si el gobierno tiene pruebas en su posesión que dicen que él no era jefe o parte del grupo, ¿cómo lo van a condenar por eso?”, se preguntó.
A la audiencia asistió la esposa de Joaquín Guzmán, Emma Coronel, acompañada por las dos hijas que tiene con el capo.