justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
La estadía de Roberto Borge Angulo en suelo panameño pasó de un hotel de lujo, con vista panorámica al mar, a un cubículo en el principal aeropuerto nacional y a celdas en una estación policial en un suburbio del oeste capitalino y en una cárcel en el paso del Canal de Panamá por el litoral del Océano Pacífico.
Tras viajar por Estados Unidos, Cuba y otros países, Borge disfrutó del 25 de mayo al 4 de junio pasados de un opulento apartamento en el Trump Internacional Hotel & Tower Panamá, frente a la bahía de esta capital.
Pero en la noche del 4 de junio, y por orden de captura que un juzgado mexicano emitió el 31 de mayo, fue detenido a solicitud de México para extradición: cayó preso en una aeronave comercial en el aeropuerto internacional de Tocumen, de esta ciudad, cuando pretendía huir a Francia.
Borge pasó las primeras horas en un cubículo migratorio y policial en Tocumen y al día siguiente quedó a disposición judicial. Luego ingresó a un calabozo de la Policía Nacional en Ancón, en el oeste capitalino.
El 9 de junio se le transfirió a El Renacer, centro penal en las afueras de la ciudad y cerca del Canal en el área del Pacífico. En la segunda quincena de septiembre, y ante temor de fuga, se le reenvió a Ancón: allí estuvo en huelga de hambre para exigir tratamiento médico y repudiar lo que sus abogados calificaron como condiciones infrahumanas de reclusión.
Borge se convertirá hoy en el segundo político mexicano extraditado a México desde Centroamérica en los últimos cinco meses y medio. El 17 de julio de 2017, tras ser detenido el 15 de abril pasado en el noroccidente guatemalteco por presuntos delitos federales y estatales, Javier Duarte de Ochoa, gobernador de Veracruz de 2010 a 2016, fue entregado por Guatemala a México.
La travesía panameña de Borge concluirá hoy: abordará en Tocumen una aeronave mexicana que lo llevará a México, donde le espera una celda.
Su vida en el más opulento complejo inmobiliario de este país de la cintura de América quedará en el recuerdo.