Tras la oleada de migrantes que llegan a México de Centroamérica principalmente, y también extracontinentales, se prevé que al cierre de 2019 se tengan unas 70 mil solicitudes de refugio, asevera el titular de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), Andrés Ramírez.
En entrevista, indica que el organismo a su cargo enfrenta grandes desafíos para el próximo año, los cuales encarará, dice, con un presupuesto bajo, pero mayor a lo que se tuvo en este 2019.
A la Comar le fueron aprobados 47 millones de pesos para su presupuesto en 2020. Además, el organismo tiene ya en proceso la transferencia de plazas que vienen de la Comisión Frontera Sur, lo que le generará unos 15 millones de pesos de más.
¿La Comar recibió más presupuesto del solicitado, con eso les alcanza?
—Es muy importante entender que no es todo lo que solicitamos. Por otro lado, es relevante destacar que estamos en un contexto de austeridad y, si comparamos lo que recibimos en 2019 respecto de 2020, sí es un aumento importante.
Hay que considerar no solamente los 27 millones [de pesos] adicionales, que junto con los 20 millones, ya son 47, más que los 20.8 millones que recibimos en 2019. Menos la reducción, habíamos quedado en unos 18 millones, lógicamente sí es mucho más.
En términos reales vamos a tener más de 47 millones [de pesos]. Lo que pasa es que [los recursos que vamos a recibir] no han aparecido reflejados en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) porque nosotros, por iniciativa de la Subsecretaría de Gobernación (Segob), concretamente del licenciado Alejandro Encinas, estamos en el traslado de recursos de la Comisión de Frontera Sur, que corresponde a 34 plazas.
Esto es más o menos del orden de 15 millones 300 mil pesos y ese proceso administrativo está en curso. Tan pronto como concluya, va a verse reflejado en nuestro presupuesto.
Entonces, el gasto final quedaría más o menos de 62 millones 300 mil pesos, que sigue siendo menos que lo que nosotros hemos necesitado, pero creemos que es un presupuesto mucho mejor.
Podemos enfrentarlo también gracias al continuo apoyo que ya nos han confirmado ACNUR [Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados], fue casi quien nos sacó las castañas del fuego, fue con quien pudimos resolver el enorme proceso que tuvimos durante 2019, sin el cual hubiéramos colapsado. Gracias a ese muy significativo apoyo de ACNUR pudimos salir adelante.
Las solicitudes de refugio van en aumento, no se percibe decrecimiento para 2020.
—No, nosotros creemos incluso que puede ser incremento; sin embargo, no tenemos una bola mágica, este tema es muy volátil, muy dinámico, cambian las cosas de un día para otro.
Creemos que no hay ningún indicador de los países de origen que nos haga pensar en que esto se pueda reducir, creemos que esto se va a mantener de forma sostenida y sí, sabemos que vamos a continuar en una situación complicada, pero el apoyo de este nuevo presupuesto es importante, no solamente por lo financiero, sino porque nos va a permitir contratar personal eventual y de estructura, los cuales tendrán facultades de autoridad legal para firmas y resoluciones. En el presupuesto 2019 esto no ocurrió, estuvimos con una estructura frágil, de 48 plazas, y no todas tenían las facultades, había muchas de enlace. Ahora tendremos mejores recursos y varias de las plazas eventuales o de estructura.
El número de solicitudes con el que cerramos 2018 fue 29 mil 640; este año, al cierre del 31 de octubre, tuvimos 62 mil 300 solicitantes, más del doble, siendo que todavía no termina el año y creemos que rebasaremos los 70 mil al concluir 2019.
Desde 2012 se ha ido rompiendo el record.
¿Cuál fue la ayuda que se recibió de ACNUR?
—Financiera, [además de que] personal nuestro contratado por ACNUR hacen el trabajo desde Comar. Siempre agradezco que el apoyo de ACNUR ha sido muy valioso.
¿El refugio en México, socialmente, ya es más reconocido?
—Digamos que nunca habíamos tenido un peso tan significativo de población refugiada. La última oleada previa fue la de los años 80 con los refugiados guatemaltecos, que fue importante, pero se redujo a la frontera de Chiapas, Campeche y Quintana Roo. Hoy tenemos dispersa la población en todo el territorio nacional.
Está la otra parte, que es el MPP [Protocolos de Protección a Migrantes], que es lo que EU envía a México a esperar su proceso de asilo. Aunque esta no es una población que solicita la condición de refugiado en México, solamente esperan el procedimiento, eso no quiere decir que no vaya a haber algunos que quieran solicitarnos la condición de refugiado, hasta ahora eso no ha ocurrido.
Nosotros, sin embargo, estamos interesados en hacer visitas, tenemos presencia en Tijuana, vamos a ir a Ciudad Juárez para detectar a la población interesada en solicitar refugio en México, [aunque] probablemente no haya nadie.