En los últimos cuatro años (2019-2022), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) logró disminuir los casos de hostigamiento y acoso sexual dentro de sus elementos en casi 86%.
En respuesta a una solicitud de información de EL UNIVERSAL, la Sedena señaló que 2019 registró 77 quejas; en 2020 hubo 32; en 2021, dos; en 2022 se presentaron 11 y en lo que va de este año ha habido seis, para acumular 128 quejas en total.
En tanto, la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) no ha logrado disminuir en los últimos cuatro años los casos de hostigamiento y acoso sexual dentro de sus filas debido a que ha tenido una constante en su registro.
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De 2019 a septiembre de 2023 acumula 253 quejas. En 2019 documentó 47; en 2020 hubo 57; en 2021 fueron 52; en 2022, 56, y en lo que va de 2023 suman 41, resalta la Semar en otra respuesta a una solicitud de El Gran Diario de México.
Especialistas en Fuerzas Armadas coinciden en que hay un subregistro en las estadísticas de las dependencias y en que se requiere desarrollar una cultura de prevención del hostigamiento y acoso sexual, además de fomentar la denuncia.
Manuel Balcázar, experto en seguridad nacional, detalla que hay una cultura machista y de poco entendimiento de la equidad de género e igualdad.
Expresa que existe una cifra negra o subregistro alto, superior a 70%, e insiste en que no sólo se requiere el mecanismo de denuncia, también una herramienta de sanción a los posibles agresores.
“Las cifras reflejan que no hay un fomento de la denuncia y que quien la realiza generalmente está en una situación límite y lo que hace antes de salir de la institución es hablar”, refiere.
El también investigador asociado del Centro de Estudios sobre Seguridad, Inteligencia y Gobernanza del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) subraya que hay una idea de que el grado militar da una patente para cometer abusos de distinta índole y los sexuales no serían la excepción.
Abunda en que de 2000 a 2015 la Marina no contaba con el Comité de Ética y Prevención de Conflictos de Intereses de la Secretaría de Marina (Cepci-Semar) y Protección de los Derechos Humanos.
“Parece que lo cumplen más que nada por normatividad y modificaciones legales, pero no por una iniciativa propia… Pero, ¿qué ocurría antes?”, resalta Balcázar.
Víctor Hernández, profesor e investigador en materia de seguridad nacional de la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana (UP) remarca que es imposible que sean tan pocas quejas en ambas instituciones, que concentran miles de elementos.
“Da la impresión de que se tiene un subregistro… Hay muchos casos que han llegado a los medios, que reportan una realidad de violencia de género que no se ve reflejada en las estadísticas. Por ejemplo, el feminicidio de Susana Sayas, subteniente de la Sedena”, menciona.
En 2019, Sayas falleció en la base militar del 37 Batallón de Infantería, ubicado en Villahermosa, Tabasco, y la dependencia informó que fue un suicidio, pero la familia de la joven argumentó que en realidad se trató de un feminicidio.
El académico de la UP señala también el caso de Gloria Cházaro, teniente de la Marina, quien fue la primera mujer comandante de un buque militar en el país y que falleció el 11 de junio de 2023 por supuesto suicidio. Hernández comenta que generalmente en estos casos a las mujeres que padecen hostigamiento les aplican correctivos disciplinarios y algunas desertan.
Por su parte, Víctor Carmona, docente civil del Centro de Estudios del Ejército y Fuerza Aérea (CEEFA), sostiene que el problema del hostigamiento y acoso no es algo nuevo y ha estado presente a lo largo del tiempo en las instalaciones del Ejército tanto contra hombres como mujeres, sólo que ahora con el impulso a la igualdad de género es más visible. “Sin embargo, un probable escenario es el abuso del poder jerárquico de los oficiales”, resalta.
El docente del Instituto de Estudios Criminológicos Transdisciplinarios (Iecrimt) califica como importante tener claridad de cuáles son las funciones del personal femenino en cada área de adscripción.
Insiste en que el Ejército y la Marina son instituciones que están implementando cursos de igualdad de género, no solamente para los uniformados, sino también al personal civil, para evitar caer en este tipo de actos de violencia.
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