Torreón, Coah.— Olga Lidia Rodríguez, Juan Hernández y Claudia Rivera son dueños de tres pequeños negocios de comida en Torreón, Coahuila, y coinciden en dos cosas: el aumento en el precio de los insumos, principalmente el gas, está mermando la ganancia y que no pueden aumentar sus precios al público porque se quedarían sin venta.
Olga tiene una cocina económica en el mercado Alianza de Torreón desde hace tres años. Lamenta que el precio del gas se haya disparado, lo que repercute en sus ganancias. Cuenta que ahora llena un tanque de 45 kilos en mil 150 pesos, cuando antes pagaba 800 pesos.
Juan, dueño de una fonda, llena un tanque de 30 kilos con 815 pesos, cuando antes pagaba 500 pesos. Claudia tiene un negocio de gorditas que funcionaba con 300 pesos de gas, que ahora le duran a lo mucho cinco días.
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“No puedo aumentar el plato porque la gente ya no come, ya no compra, necesitamos sobrellevarlo. Aunque no tengamos mucha ganancia, lo que queremos es ir sobreviviendo”, dice Olga.
Lo mismo afirma Juan, quien mantiene los mismos precios porque apenas se empieza a mirar gente después de meses en los que la pandemia por el Covid-19 ahuyentó a los clientes. Subirlos, asegura, sería como ponerse la soga al cuello.
Olga menciona que no puede ahorrar mucho en otros rubros, pues también paga una renta de 2 mil 100 pesos al mes.
“Necesitamos mantener el mismo precio, después no vendemos y no generamos ganancia. Mis hijos trabajan conmigo porque no hay mucho futuro”, menciona.
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Claudia admite que sí ha pensado en subir uno o dos pesos la gordita, para ver si queda más ganancia.
“Si aumentamos los precios es menos la clientela. Hablamos con los que nos surten y nos bajan una que otra cantidad de la papa, el chile, la carne para la comida, nos bajan poquito. Por lo pronto seguiremos con los mismos precios”, platica.
Los tres enfatizan que prefieren aguantarse y no subir precios por el temor a que se pueda presentar una nueva ola de contagios en la ciudad y la gente vuelva a casa.