Cuando a Sandra Monroy le diagnosticaron cáncer de mama a sus 36 años sintió que el mundo se le caía a pedazos. Sin embargo, se enfrentó a la enfermedad y tras una masectomía bilateral que le salvó la vida optó por no reconstruir sus senos y, lejos de acomplejarse, muestra sus cicatrices de batalla e impulsa una red de acompañamiento a través de su iniciativa "Jódete cáncer". Su madre Teresa y su amiga Gina la acompañaron en el proceso.
Sandra posa un día antes de la intervención quirúrgica para quitarle sus senos.
Sandra Monroy, de 36 años, fue sometida a una masectomía bilateral después de que le detectaron cáncer de mama. Tras su experiencia, se negó a que los médicos reconstruyeran sus senos e impulsó una red de acompaña-miento a través de su iniciativa Jódete cáncer.
En el clóset de su habitación, Sandra escribió cómo enfrentó el cáncer y el proceso de su tratamiento.
Sandra y su amiga Gina, colocando un vendaje en la parte de los senos.
Gina Ramírez, amiga de Sandra, la ayudó con todos los cuidados postoperato-rios que necesitó.