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Gustavo López Montiel, especialista en política del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), sugirió que la ajustada votación en la que Rosario Piedra Ibarra salió electa como nueva presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) puede representarle poca legitimidad al momento de plantar alguna recomendación al Poder Ejecutivo.
“Hay que ver la manera en la que [Rosario Piedra] busca construir legitimidad en torno a su presidencia, debido a la forma en la que fue electa. La votación refleja no únicamente el sentir de los senadores, sino también de las organizaciones de la sociedad civil, que son organismos en pugna con el gobierno federal”, señaló.
Sobre las propuestas que hizo la activista para cuando llegue a la CNDH —como reestructurar las capacidades legales de la comisión o incluso cambiar su nombre a “Defensoría del Pueblo”—, López Montiel dijo que esos serían “cambios de forma que no ayudarían mucho”.
“Más que una reestructuración interna, está en el Congreso hacer que las leyes le den más facultades a la CNDH para que se cumplan sus recomendaciones y puede ser que éstas tengan efectos directos en las dependencias a las que se hagan o se observen. Cambiar el reglamento interno y el nombre sería más una reestructuración de forma”, añadió.