Durante la ceremonia de inauguración del , en el Colegio de Ingenieros Civiles de México A.C ., se rindió homenaje a Leandro Rovirosa Wade , ingeniero que fue titular de la Secretaría de Recursos Hidráulicos durante el periodo 1970-1976 y Gobernador del Estado de Tabasco de 1977 a 1982.

En el acto, el internacionalista Jorge Nuño , habló de la obra material y de infraestructura en que colaboró junto a Ingeniero Leandro Rovirosa Wade, además de las anécdotas que vivió con él, resaltando que podría redactar “una enciclopedia”.

Entre las anécdotas que contó Jorge Nuño está cuando fue invitado a un homenaje en este mismo recinto y al cual también tuvo que dirigir unas palabras, en ellas contó una charla que tuvo con la señora Celia Gózalez , esposa del Ingeniero Leandro Rovirosa Wade.

“Como no llevaba nada escrito, tenía que improvisar. En la recepción de esta institución saludé cariñosamente a la compañera de su vida Doña Celia, quien me preguntó: ¿Qué va a decir usted en su discurso? Le respondí Cariñosamente: Doña Celia no tengo discurso, pero ya sé lo que voy a decir: Que detrás de cada gran hombre hay una gran mujer ¡Licenciado: Yo nunca estuve atrás de Leandro, estuve al lado trabajando, ¡codo con codo!”, dijo esta noche.

Otro de los recuerdos de Nuño fue la visita que realizó a Tabasco cuando el Ingeniero Leandro Rovirosa Wade fue gobernador del estado, en esa visita narró que le sorprendió su profundo conocimiento del cultura Olmeca.

“Durante su gobierno lo visite varias ocasiones para una investigación en una extensión experimental de este instituto, las Lilas y los Pinos, para el desarrollo de la herbolaria Olmeca. Mi sorpresa fue mayúscula. Llamó a un grupo de especialistas en medicina indígena y herbolaria. Personalmente me acompañó al Museo de la Venta Carlos Pellicer , deleitándome con el conocimiento profundo el eslabón perdido de la civilización Olmeca y la obra del arqueólogo Matthew Stirling y su esposa quien realizó en 1939 estudios sobre el Horizonte Olmeca 1939, descubriendo las cabezas colosales”, narró.

Por último, Jorge Nuño contó cuando visitó al ingeniero Leandro Rovirosa durante convalecencia, sorprendiéndose por la dignidad del estado físico de su amigo.

“Visité el hospital donde se encontraba convaleciente y le pregunte a su hija Margarita si lo podría saludar. Me contestó: Déjeme preguntarle. Cuál fue mi sorpresa, al entrar lo observe bien peinado, erguido y hasta con corbata. Me dijo de sopetón: Buenos Días amigo Nuño, ¿Cómo está mi jefe el Presidente Echeverria? Le conteste muy bien Sr. Ingeniero”, dijo.

Para finalizar, Nuño dijo que Leandro Rovirosa traía a México por dentro y que heredó de su terruño el olor a selva, trópico y sonidos de pájaros de oficio carpintero, “Hombres como Rovirosa no mueren, se siembran en esta tierra pródiga que lo vio nacer. Es el ejemplo más acabado”.

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