Pérdida de aprendizajes y mayor deserción escolar en Guerrero es lo que prevén algunas ONG ante el cierre de escuelas provocado por el huracán Otis, mientras que docentes del estado aseguran que las autoridades educativas federales y locales sólo han visitado los planteles “para pasearse y tomarse la foto”.
Destacan que ante la falta de una estrategia para rehabilitar la infraestructura educativa crecerá la deserción escolar más que con la pandemia, que empujó a más de 34 mil estudiantes de educación básica a abandonar los salones de clase.
Walter Emmanuel Añorve Rodríguez, dirigente de la Comisión Política de la región Acapulco de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg), asegura a EL UNIVERSAL que aún no se ven acciones de parte de las autoridades educativas federales y estatales para rehabilitar los planteles que sufrieron graves daños.
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“Lo que hemos visto es que las autoridades educativas sólo han visitado las escuelas para pasear y tomarse la foto y todavía desconocemos el número real de las que sufrieron afectaciones, ni hemos visto que se esté trabajando con maquinaria para levantar el escombro, para desenterrar escuelas que quedaron enterradas por el lodo”, dice.
El también maestro de cuarto año de primaria en la escuela Independencia, de Acapulco, asegura que “si las autoridades educativas se ponen las pilas”, las clases presenciales reiniciará hasta enero y si no es así, la mayoría de las escuelas permanecerán cerradas más tiempo.
“Por eso para nosotros la visita de funcionarios a los centros educativos ha sido únicamente un paseo, visitar las escuelas, observarlas, tomarse la foto y hasta ahí”, insiste.
Señala que el cierre de planteles está afectando el proceso de enseñanza-aprendizaje que seguramente perjudicará a niñas, niños, adolescentes y jóvenes, e indica que a tres semanas del paso del huracán en el puerto de Acapulco, han sido reabiertas cuatro escuelas privadas de educación básica y seis preescolares en comunidades rurales.
“Nosotros llevamos un recuento de más de 400 escuelas afectadas, en las que es imposible tener condiciones para un regreso a clases de manera inmediata. Existen planteles que tuvieron serios daños estructurales, muchas bardas se cayeron y en algunas escuelas se tuvieron daños en estructuras de techado y otros colapsaron. Obviamente, eso pone en una situación complicada el regreso a las aulas”, agrega.
Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), el huracán Otis causó afectaciones en 46 de los 85 municipios guerrerenses. En esas localidades se ubican 7 mil 480 escuelas de educación obligatoria (desde preescolar hasta bachillerato), de las que se desconocen aún los daños que sufrieron.
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Fernanda Domínguez, coordinadora de Educación del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), menciona que en el plan general de reconstrucción de Guerrero la recuperación educativa dista de ser una prioridad.
Señala que en el proyecto se considera un monto de 10 mil millones de pesos que deberán utilizarse para el abastecimiento y mejoramiento de líneas de distribución de agua, drenaje, arreglo de calles, alumbrado público, hospitales, escuelas, los dos aeropuertos y otros servicios; sin embargo, carece de alcances específicos para su aplicación en temas educativos.
Comenta que existe el riesgo de que haya mayor deserción escolar en la entidad por nula priorización que se le está dando al tema en la reconstrucción de la infraestructura educativa en los municipios que fueron arrasados por Otis.
“No puede haber una reconstrucción completa y un verdadero avance si no existe un camino hacia una rápida reconstrucción del sistema educativo, porque de eso depende el futuro de cualquier país”, comenta Domínguez.
Paulina Amozurrutia Navarro, directora de la organización civil Educación con Rumbo (ECR), hace ver que es extremadamente urgente atender al sector educativo en el estado de Guerrero.
“Nos preocupa que aún no exista un plan estratégico para el regreso a clases; no hay un presupuesto asignado para los daños estructurales operativos de las escuelas. Tampoco vemos un censo claro y real sobre las afectaciones en las escuelas, sobre todo en los municipios que resultaron con más daños. Pero ni las secretarías de Educación federal ni la estatal están haciendo nada para generar un plan estratégico”, sentencia Amozurrutia Navarro.
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Asegura que el desinterés de las autoridades en el asunto repercutirá “en un mayor rezago del que ya se tenía y esto va a provocar que en el estado se acrecienten las deficiencias, no sólo en materia educativa, sino los problemas de violencia y de competitividad”.
Indica que es urgente que el gobierno federal destine recursos para rehabilitar la infraestructura educativa de la entidad, para brindar ayuda socioemocional y diseñar una estrategia pedagógica que permita que los estudiantes puedan regresar a clases lo antes posible, salvaguardando la seguridad de los alumnos y los docentes.
“Educación con Rumbo entiende que hay otras prioridades. La gente necesita ayuda de todo tipo, pero la Secretaría de Educación Pública [SEP] tiene que velar por la educación y no lo está haciendo. El problema sí es del Ejecutivo federal, pero específicamente de la SEP que, como siempre, no está dando resultados”, refiere.