Tras poco más de un año detenido, el Procedimiento de Repatriación al Interior de México (PRIM) volvió a ser puesto en marcha con la devolución, vía aérea, de 132 connacionales que fueron dejados en Guadalajara, Jalisco, por parte de las autoridades migratorias de Estados Unidos.
El PRIM inició en 2012, con el apoyo del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense, para que los migrantes que son devueltos a México no se dejen en la franja fronteriza entre ambos países. El objetivo es no dejarlos tan lejos de sus lugares de origen.
Fue a finales de 2016 cuando se anunció una suspensión de los vuelos que se realizaban desde alguna ciudad fronteriza de Estados Unidos hasta la Ciudad de México; se llevaban a cabo dos o tres vuelos semanales. En 2017 se volvió a activar el mecanismo, pero en mayo de 2018, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, anunció la suspensión definitiva.
En septiembre pasado, durante una visita a Washington, el secretario de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, entregó un escrito al vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, en el que solicitó la reactivación del programa de repatriación al interior.
Ayer la Cancillería mexicana informó que el programa reinició, y aseguró que con éste se facilita que las personas mexicanas que son repatriadas desde Estados Unidos puedan trasladarse a sus comunidades en territorio nacional.
Los 132 mexicanos que fueron repatriados ayer salieron de Tucson, Arizona, y vía aérea fueron trasladados a Guadalajara, donde fueron recibidos por personal del Instituto Nacional de Migración (INM) y otras dependencias mexicanas que les ofrecieron información, servicios básicos y transporte a sus destinos.
El INM indicó que de las 132 personas repatriadas, 121 son hombres —tres de ellos, menores de edad— y 11 mujeres. El grupo incluye a una familia conformada por una madre y sus tres hijos varones.