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El Gobierno federal debe confirmar que la renuncia de Carlos Romero Deschamps al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) no se trata sólo de un arreglo político, sino de desmantelar la corrupción, aseguró Eduardo Bohórquez , director de Transparencia Mexicana.
En entrevista desde el extranjero, Bohórquez dijo a EL UNIVERSAL que si la decisión de la renuncia no conduce a una transformación profunda del STPRM, la decisión podría limitarse a un cambio de mando puesto que ningún grupo sindical democrático debe sostener un liderazgo acusado de corrupción como el de Romero Deschamps.
“El Gobierno Federal ha hecho sentir su fuerza, ventilando posibles investigaciones por lavado de dinero. Aunque la decisión fuera voluntaria, toca ahora al Gobierno Federal confirmar que no se trata solo de un arreglo político y que va en serio en su transformación de la vida sindical y en el desmantelamiento de redes de corrupción enquistadas en las estructuras públicas”, dijo.
Por años, consideró, el sindicato petrolero se “ha resistido” a abrir información y rendir cuentas, y desestimaba o dejaba en el olvido las frecuentes acusaciones de corrupción.
Señaló que existen prácticas que podría implementar para controlar la corrupción como transparentar la información sobre las aportaciones de sindicalizados y patrones, cuentas bancarias en las que ingresan los recursos, así como uso y destino de los recursos; publicar las declaraciones patrimoniales, de intereses y fiscal de sus representantes; y colaborar con las autoridades en las investigaciones que se inicien por posibles actos de corrupción.
“Para el sindicato, podría ser una oportunidad para integrar mecanismos de prevención de actos de corrupción al interior. Para la vida pública del país, debería ser el inicio de un proceso más
complejo de investigación, y en su caso de sanción, de los actores involucrados en una red de corrupción”, dijo.