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Zea Taiyari deja que su mamá acomode su cubrebocas antes de entrar a la Escuela Primaria Revolución. La menor, que cursa el segundo grado, asegura que ya se acostumbró a seguir las medidas de prevención contra el Covid-19 y que, a pesar de que se siente mucho frío, prefiere las clases presenciales que estar en casa.
“Lo único que no extrañaba era pararme temprano, pero ya quería ver a mis amigos. En la casa, con mi tablet, me distraigo más fácil.
Minutos antes de las 8:00 horas, Verónica López deja a su hija en la escuela que se ubica en una de las salidas del Metro Balderas. Ante el repunte de contagios de Covid-19 que se asocian a la variante ómicron, la madre de familia comenta que no se pueden posponer las clases presenciales, sino que, tanto autoridades educativas como padres y alumnos, deben hacer equipo para mitigar el riesgo de transmisión.
“A lo mejor se piensa que no mandar a los niños a la escuela es cuidarlos del contagio, pero creo que todos debemos poner nuestro granito de arena para evitar brotes, hasta ahora no hemos visto un repunte dentro de la escuela o algo que realmente alarme.
Hasta el 17 de diciembre, cuando iniciaron las vacaciones decembrinas, la titular de la secretaria de Educación Pública (SEP), Delfina Gómez, informó que 24 millones de alumnos regresaron a las aulas después del confinamiento por la pandemia.
Alexa llega corriendo, María Suárez, su mamá, carga la mochila y apresura a la menor quien, sin dejar de caminar rápidamente, comenta que ya es normal para ella y sus compañeros de primaria usar cubrebocas y lavarse las manos para prevenir Covid-19.
“Todos usamos cubrebocas, nos lavamos las manos, agarramos gel antibacterial, nos cuidamos del coronavirus porque si no nunca se va a acabar, y me gusta ver a mis amigos en la escuela”, confiesa la menor que cursa tercer grado de primaria.
“Los niños no pueden estar en casa, es necesario que socialicen, que vean a sus maestros. Aprenden más si vienen que en casa.
“Yo trabajo y a veces no podía estar pendiente de mi hija y de la atención que ponía; ella ya extrañaba estar aquí y lo que podemos hacer para que esto acabe es enseñarlos a cuidarse, y nosotros también, aunque estemos grandes”, comenta María, quien labora en un puesto de tortas cercano a la escuela.
En la Primaria Luis Cabrera, ubicada en la alcaldía Venustiano Carranza, también se aprecia a menores de edad formarse para entrar a clases.
Como parte del protocolo de sanidad para el regreso a las aulas y para proteger a alumnos y docentes de Covid-19, las autoridades de la primaria llevan a cabo la toma de temperatura, sanitización de pies a cabeza y se entrega un kit solicitado por los profesores, que incluye gel antibacterial, jabón, toalla de manos y papel de baño. Además, recuerdan que dentro del plantel se deben evitar los amontonamientos.
“Me siento feliz de regresar a la escuela porque por el virus no podemos ir a otros lados. También me siento un poquito triste porque no veo a todos mis compañeros, pero aquí me divierto, no me gustan las clases por computadora”, confiesa Azul Guerrero, de tercero de primaria.
Cecilia Herrera, abuela de Azul, la lleva temprano a la escuela, abrigada con dos chamarras, con su kit de limpieza completo y de manera puntual, para no saltarse el protocolo de ingreso, lo que la hace sentir más segura, pues, admite, teme ante los contagios de la variante ómicron.
“Tendría un poco más de confianza si ya existiera la posibilidad de vacunar a mi niña porque en mi familia todos ya tenemos el refuerzo de la dosis. Espero que el gobierno nos tenga una respuesta pronto; mientras, pagamos para que se sanitice el salón”.