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Alberto de la Fuente sostuvo que la reforma eléctrica propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador es inviable, pero de aprobarse le quedará muy chica a nuestro país.
“La iniciativa de reforma eléctrica es un par de zapatos que le quedarían muy chicos a la economía mexicana. Con unos zapatos que aprietan no podemos caminar hacia el futuro”, advirtió Alberto de la Fuente a nombre del Consejo Ejecutivo de Empresas Globales.
Durante el foro “Medio ambiente, agenda 2030 y cambio climático” explicó que para avanzar en el cumplimiento de los estándares internacionales en materia de energías limpias, México debe invertir 123 mil millones de pesos para 2024, carga que sin el respaldo de la iniciativa privada le quedará a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
“La CFE no ha invertido lo suficiente en energías renovables . La propia iniciativa quita incentivos a la inversión, y sin el apoyo de los privados la carga será mucho mayor”, expresó el empresario.
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Agregó que la CFE no cuenta con los recursos ni con la infraestructura que se requiere para lograr la transición hacia energías renovables, lo que resulta urgente atender, toda vez que de no hacerlo, las emisiones contaminantes se incrementarán 14% cada año.
En la misma línea, José Luis Luege, presidente de la organización Ciudad Posible, sostuvo que otro de los riesgos de avalarse la iniciativa presidencial, es el incremento de enfermedades respiratorias, cardiovasculares y neuropsiquiátricas.
"La iniciativa incidiría negativamente en la salud de millones de personas debido al incremento de la contaminación de la atmósfera en función de mayores emisiones de dióxido de azufre y partículas", declaró.
A favor de la propuesta, la doctora en economía por la UNAM, Dacsina Peto Vonduben, subdirectora de Investigación en la Dirección de Inteligencia Energética de CFEnergía, puntualizó que es un mito que las empresas privadas no inviertan en energías fósiles y que el aprovechamiento de la electricidad que producen sea innocuo para el ambiente y la sociedad.
“Resulta completamente contradictorio exigirle a la CFE que renuncie a sus centrales de ciclo combinado y a su energía hidroeléctrica y nucleoeléctrica, cuando estas empresas no están ni dejarán de ocupar sus activos fósiles a nivel mundial”, dijo.
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En segundo lugar, comentó que empresas renovables se han dedicado a monopolizar los mejores recursos eólicos y solares, como es el caso de Enel Green Power, Iberdrola y Acciona, las cuales “tienen sus principales proyectos en los mejores sitios para apropiarse de los recursos intermitentes”.
“Estas empresas, que dicen ser limpias, de sus permisos de generación eléctrica, el 70% lo poseen en energías fósiles, siendo su energético preferido el gas natural”, señalo.
Comentó, además, que el sector privado no coloca al centro los derechos de la población, al priorizar las sociedades de autoabasto para proveer electricidad a empresas del sector minero, del sector automotriz y de la industria cementera, altamente consumidoras de CO2 a nivel mundial, además de que otorgan energía a empresas como FEMSA o Bimbo que producen alimentos nocivos para la salud.
Por su parte, el ingeniero químico Luis Raúl Tovar Gálvez afirmó que la CFE cuenta con las capacidades para producir energía renovable no intermitente a partir del tratamiento de residuos sólidos urbanos, a través de diferentes tecnologías.
“Recuerden que el metano es el principal constituyente del gas natural y con estos números se llegarían a generar 204 mil millones de pies cúbicos por día de metano u 8.40 terawatts hora/año, es decir, energía renovable no intermitente”, concluyó.
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