“He recuperado mi esencia, creo que por fin soy yo misma”, dice Kaylee, mujer trans que cuenta cómo es el proceso administrativo de cambio de género en la Ciudad de México.

En transporte público, desde la alcaldía Tláhuac al Centro de Coyoacán, Kaylee llega a la cita para platicar con EL UNIVERSAL sobre el proceso de cambio de identidad jurídica que vive la comunidad transgénero en la capital.

Ella tiene 29 años; de éstos vivió 25 reprimida en medio de tabúes y del temor a la desaprobación de sus familiares.

De hecho, tuvo varias relaciones heterosexuales y gracias a la última, hace un par de años, fue cuando gracias al apoyo de la persona con la que compartía su vida en concubinato y a un extenuante camino de terapia sicológica decidió, dice, “recuperar la salud mental, dar el paso y romper con estereotipos que muchas veces te pones tú misma”, por lo que comenzó un “complicado proceso de transición”.

“No fue fácil. Como dicen por ahí: ‘no son enchiladas”, recuerda mientras acomoda un mechón de su cabello detrás de su oreja izquierda.

“Primero tienes que estar completamente segura de lo que vas a hacer. Cada chica trans es distinta y libre de decir hasta dónde quiere llegar en su transición. Yo, por ejemplo, quise darle por completo no sólo a lo físico, sino también a lo legal.

“Por eso comencé desde el principio, desde mi acta de nacimiento. Es todo un show, tienes que ir al registro, casi casi desempolvar los libros y decir ‘este ya no quiero ser yo’, pero sí tienes que tener mucha paciencia porque no es de un día para otro”.

Cuidando cada detalle de su indumentaria, sentada en una banca de la Plaza Jardín Hidalgo y con la bandera de la comunidad LGBTI que colocaron en la Casa de Cortés con motivo del mes del orgullo a sus espaldas, se cambia unos pulcros tenis blancos por sus tacones altos, al tiempo que continúa platicando su caso.

“Después del acta de nacimiento, lo que sigue es ir al INE. No es nada complicado, no te ponen trabas, todo súper en paz. Teniendo los dos documentos ya es un poco más relajado; lo que sigue es asociar tu CURP y ya de ahí pues a cambiar toda tu identidad jurídica como estados de cuenta bancarios y certificados de la escuela”, dice.

En ese sentido, Kaylee cuenta que recientemente sólo ha tenido complicaciones por obtener su Constancia de Situación Fiscal que emite el Servicio de Administración Tributaria (SAT), pues al no contar todavía con registro en éste el trámite le está resultando difícil.

“Al no tener registro ahí no puedo obtener la constancia. Me afecta porque estaba en un proceso para que me contratara una empresa y sólo me faltaba ese papel. Como presenté todos mis documentos con mi nueva identidad y al no haber podido obtener la constancia del SAT, pues todo se pausó. No sé hasta cuándo porque ahorita estoy en una lista de espera para una cita para ver qué onda con mi caso”, narra Kaylee.

Ella forma parte de las 6 mil 70 personas que, de acuerdo con el último informe de la Dirección General del Registro Civil de la Ciudad de México, a través de un procedimiento administrativo han obtenido un acta de cambio de género.

A partir de la reforma de 2014 al Código Civil, mediante la cual se estipuló el derecho de toda persona al reconocimiento de su identidad de género, el Registro Civil capitalino ha emitido 3 mil 928 registros de hombre a mujer y 2 mil 142 de mujer a hombre, los cuales obtienen certeza jurídica para diversos aspectos en el pleno ejercicio de sus derechos.

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