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Priorizar a jóvenes sobre adultos mayores y el azar ya no serán factores para decidir quién accederá a recursos de medicina crítica escasos durante la epidemia por Covid-19; en el nuevo proyecto de Guía para asignación de recursos médicos en situación de contingencia, que es revisado por el Consejo de Salubridad General (CSG), pues esos criterios fueron eliminados tras la controversia generada en días pasados.
“La única característica que debe tomarse en cuenta para ser candidato a la asignación o reasignación de recursos escasos de medicina crítica es la posibilidad demostrable, de acuerdo con la experiencia médica nacional e internacional, de beneficiarse de dichos recursos médicos. La única excepción a esto, como se explica adelante, es pertenecer al personal de Salud que combate la epidemia de Covid-19”, indica el documento.
Roberto Blancarte, miembro del Colegio de Bioética y quien colaboró en el nuevo documento, dijo que el pasado martes se entregó al Consejo de Salubridad General la guía en la que se eliminó la edad como un criterio para decidir qué pacientes recibirán cuidados intensivos.
“Quitamos el criterio de edad. Los mexicanos pueden estar tranquilos porque se quitó y deben tener la seguridad de que el principio rector de esa guía es salvar el mayor número de vidas posible”, indicó.
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El 13 de abril, el CSG publicó la Guía bioética de asignación de recursos de medicina crítica, que causó polémica puesto que ante la posible saturación de los servicios de medicina crítica durante la emergencia sanitaria por Covid-19 se determinó que se priorizaría a los pacientes jóvenes por encima de los adultos mayores o de aquellos con enfermedades crónicas.
Además, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se deslindó del documento porque no fue convocada a discutir la guía, aun cuando el rector, Enrique Graue, es uno de los vocales titulares del consejo.
En el nuevo proyecto de guía, que de acuerdo con el CSG tuvo revisiones y observaciones por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), así como por la Organización Panamericana de la Salud, se establece que cualquier asignación de recursos escasos entre dos o más pacientes se debe basar en una evaluación minuciosa de la salud de cada uno, pero también se resalta que el ser tratado debido al nuevo coronavirus no hace que un enfermo tenga más prioridad para recibir cuidados de terapia intensiva.
“[La decisión se basará] en su situación presente o el impacto actual de la infección en sí, su situación pasada como comorbilidades preexistentes de impacto sobre su expectativa de beneficiarse con algún tratamiento y la expectativa de supervivencia al tratamiento, de acuerdo con las características conocidas específicas de la enfermedad, según afecta al organismo de distintos individuos. Tener Covid-19 no hace que un paciente tenga mayor prioridad para acceder a los recursos escasos de medicina crítica”.
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Para realizar esta evaluación se usará la escala SOFA (Sequential organ failure assessment), con la que se determinará la puntuación de cada paciente: quien tenga menor puntaje será el candidato a recibir los cuidados de medicina crítica; en caso de empate, la decisión se tomará de forma aleatoria.
“El objetivo de esta guía es dar una pauta bioética para proteger la salud de la población, entendiendo esto como salvar la mayor cantidad de vidas posibles. Lo anterior se traduce en que los pacientes que tienen mayor probabilidad de sobrevivir con la ayuda de la medicina crítica son priorizados sobre los pacientes que tienen menor probabilidad de sobrevivir. Cuando la puntuación sea idéntica, entonces la decisión deberá tomarse de forma aleatoria y transparente”.
El documento indica que el personal de Salud que combate la emergencia de Covid-19 tendrá prioridad para acceder a los recursos escasos de medicina crítica, siempre y cuando su condición no sea tan grave que incluso al recibir estos servicios no pueda recuperarse.
“El personal de Salud que hace frente a la pandemia deberá pasar al principio de la lista para obtener recursos escasos de medicina crítica cuando esto sea requerido. La única excepción a este punto es cuando el personal presente tales comorbilidades o su pronóstico sea tal que sería fútil que se accediera a recursos escasos de medicina crítica”.
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Las razones por las que se da prioridad a este grupo, explica el proyecto de guía, es porque los profesionales de la salud están en riesgo constante y si no sienten un respaldo acerca de qué pasaría si se contagian su labor podría disminuir.
“Se prioriza al personal de Salud a manera de retribución parcial por exponerse a dichos riesgos sanitarios. Si el personal no supiera que ellos recibirían atención prioritaria el estímulo para realizar su labor disminuiría, poniendo en riesgo la atención de la población en general. Segunda, el personal de Salud cumple una función primordial para hacer frente a la epidemia, por tener la capacidad, si logra restablecerse, de salvar más vidas”.
El nuevo proyecto de Guía para asignación de recursos médicos en situación de contingencia enfatiza que no excluye a ningún paciente por edad o discapacidad, condiciones que no son características que excluyan a personas de recibir cuidados críticos.
“Es un error que ha de evitarse a toda costa asumir que tener cierta edad o cualquier discapacidad es sinónimo de tener una calidad de vida inferior, tener una prognosis médica desfavorecedora o mala salud”.