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Comer un pedazo de bolillo cuando acabamos de enfrentar un susto, como el que produce escuchar la alerta sísmica, es una práctica muy arraigada en el país. ¿Pero realmente sirve para "bajarnos" el susto?
Este remedio, ha permanecido durante décadas y ya es parte de nuestra cultura ingerir un bolillo para que el susto no afecte la salud.
De acuerdo con Nayeli Ortiz, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuando enfrentamos un sobresalto, a nivel cerebral se estimulan las glándulas suprarrenales y liberan dos hormonas: la adrenalina y la noradrenalina.
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"Estas dos hormonas, hacen que se acelere el ritmo cardíaco, que suban los niveles de azúcar y agitan la respiración, lo que genera acidez estomacal", explica.
Señala que los carbohidratos que contiene un bolillo, ayudan a que el cuerpo se sobreponga al susto.
En caso de no tener un pan a la mano, también es recomendable consumir cualquier otro alimento, porque la académica universitaria expone que por el simple hecho de masticar, "distraerá a nuestro cuerpo, para que deje de sentir tanto miedo y ayudará a no sentir ese hueco en el estómago".
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