Propietario de una pequeña empresa que fue fundada en 2005, año con año Rafael Romero , desde hace 16 años cada ofrece barbacoa, carnitas, refrescos, café y pan a los peregrinos, por los que desembolsa hasta más de 100 mil pesos.

"Esto lo hago con mucho cariño. La situación que atravesamos no es fácil y en su mayoría, los peregrinos que visitan a nuestra Virgen de Guadalupe , es gente pobre", dice este hombre de 55 años de edad.

Para este día, Rafael compró 10 borregos, 4 mil panes, 50 cajas de refresco de tres litros y mil tamales que reparten desde las 7 de la mañana hasta las seis de la tarde.

A estas horas del día, se arremolinan alrededor de la larga mesa blanca decenas de hombres y mujeres de todas las edades para ser atendidos por la familia de Rafael.

Dice que el dar de comer a los peregrinos, "es también nuestra manera de darle las gracias a nuestra Morenita por todos los favores que recibimos y para pedirle que nos cuide en donde quiera que andemos. Salimos mucho a carretera... y la inseguridad está canija", concluye.

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