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Por tercer día consecutivo, familiares de personas desaparecidas clamaron por justicia. En la Ciudad de México, en la entrada del Zoológico de Chapultepec exclamaron su principal consigna: quieren a sus familiares vivos o muertos, como sea, pero quieren saber dónde están.
María Currichi es una de las mujeres que forman parte de la Caminata por la Paz, movimiento que llegó a la capital luego de marchar desde Cuernavaca, Morelos. Para llegar, dejó su trabajo y encargó a sus tres hijos, con el objetivo de que las autoridades le digan cómo harán para encontrar a Lázaro Nava Navarrete, su esposo, desaparecido el 21 de septiembre de 2014.
María y Lázaro resultaron afectados por la violencia que impera en Chilapa, Guerrero. La última vez que hablaron por teléfono acordaron almorzar a las 12:00 horas en su casa; sin embargo, él nunca llegó.
“No digo que me lo entreguen vivo, a lo mejor no van a poder, pero que nos lo den como esté, queremos saber dónde quedó para poder descansar nosotros”, dice.
Otro manifestante en la Estela de Luz, donde poetas y músicos realizaban un evento cultural, fue Carlos Castro, quien busca a su esposa y dos hijas desaparecidas desde el 6 de enero de 2011.
El hombre relata que la madrugada de ese día un grupo armado ingresó a su casa y sacó por la fuerza a su pareja, Josefina Campillo, y a sus dos pequeñas, Karla y Joana Castro. Por ese motivo, Carlos se convirtió en cofundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, junto a Javier Sicilia.
“A estas alturas, lo que queremos es recuperar a nuestra gente, saber dónde las dejaron. Ojalá las autoridades lo entendieran así, que se tocaran el corazón y nos dijeran: ‘Ya para que dejes de llorar te vamos a decir dónde está’”.
Hoy, Carlos y María caminarán de la Estela de Luz a Palacio Nacional para exigir al Presidente mayores condiciones de seguridad, así como la implementación de una política de acceso a la verdad, justicia y garantía de no repetición de este tipo de casos.