En un hecho inédito, ayer jóvenes de la irrumpieron en Palacio Nacional al derrumbar una parte de la puerta del acceso de la calle de Moneda número 1, mientras el Presidente ofrecía su conferencia mañanera.

Tras varios días de manifestarse en diversos puntos de la Ciudad de México para exigir diálogo con el presidente López Obrador, en los que lanzaron cohetones a las sedes de las secretarías de Gobernación, de Relaciones Exteriores, del Senado y de la FGR, en donde incluso chocaron una camioneta contra uno de los portones para derribarlo, ayer tocó el turno al recinto histórico.

Poco antes de las 09:00 horas, un grupo de jóvenes normalistas que salió del plantón montado por abogados y familiares de los 43 normalistas desaparecidos frente a Palacio Nacional llegó a la calle Moneda 1, en donde se encuentra uno de los accesos al edificio histórico construido en el siglo XVI y catalogado como Monumento Histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

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Con aerosol, los manifestantes pintaron las consignas “Sólo queremos un diálogo” y “+43” en los muros de Palacio Nacional, en tanto jóvenes embozados embistieron con una camioneta de la CFE contra la puerta de madera, lo cual hizo que se abriera por un costado; también rompieron vidrios de ventanas.

Mientras esto ocurría afuera, dentro del recinto reinaba el caos. Elementos de la Policía Militar veían atónitos la acción de los jóvenes y, sin un plan de contingencia, corrían por extintores y escudos antimotines para proteger el lugar.

A unos metros de ahí, en el Salón Tesorería, el presidente López Obrador continuaba con su mañanera y daba la lección del día hablando de su referente político, Benito Juárez, tomando como referencia su último libro, llamado ¡Gracias!

A las 09:06, personal de seguridad de Hacienda retiraba mobiliario del escáner de seguridad para revisar a todo aquel que ingresa por ese acceso. Dos minutos después, docenas de elementos de la Policía Militar que resguardan Palacio Nacional llegaron a ese punto para, con gases lacrimógenos, evitar que ingresaran los jóvenes.

Los segundos corrían y el gas se apoderaba del Patio Mariano, contiguo al Salón Tesorería donde López Obrador continuaba con tranquilidad su mañanera. Un par de militares llegaron corriendo al Patio Mariano con equipo antimotines, extintores, escudos y toletes.

En ese momento, el gas lacrimógeno llegó como una nube infinita a cubrir todo el patio, lo que ocasionó que funcionarios y trabajadores de Palacio Nacional comenzaran a quejarse de dolor en la garganta y en los ojos.

Fue mientras docenes de militares movían una pesada valla metálica de cerca de cuatro metros hacia la puerta destruida de Moneda 1 que el Presidente fue informado de la irrupción de los normalistas y cuando informó que serían recibidos por el subsecretario de Gobernación, Félix Arturo Medina.

Acusó que padres de familia de los 43 normalistas desaparecidos son manipulados por grupos conservadores apoyados por gobiernos extranjeros. Minimizando la protesta, afirmó que “se va a arreglar la puerta y no hay ningún problema. Pero lo que quieren es provocar”.

A las 09:29 horas, López Obrador dio por finalizada su mañanera, pero antes adelantó que en las próximas semanas recibirá a los familiares de los normalistas para entregarles evidencias de la manipulación y los avances de la investigación.

Tras esta acción, los jóvenes se retiraron al plantón con la advertencia de regresar en Semana Santa,

A un costado de la puerta derrumbada, se quedaron como mudos testigos la pinta en color rojo “Solo queremos diálogo” y un día más, en casi 10 años, en el que se desconoce el paradero de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

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