“No es justo que nos hagan sentir como estorbos. Este es el único lugar en el que nos dan trabajo y queremos que vean que todavía podemos trabajar”, dijo Susana, de 64 años y quien llevaba tres años laborando como empacadora en un supermercado de Buenavista, pero desde la pandemia ya no cuenta con ese ingreso.
“Soy jubilada, pero lo que me tocó por mis años laborando no me alcanza para vivir. Decidí meterme como empacadora para mantenerme, pero me di cuenta de que también me hace sentir productiva.
“No se vale que nos quiten ese ingreso y esa manera de sentirnos vivos”, señaló, luego de participar en una protesta en la que adultos mayores se manifestaron contra Walmart, cadena que anunció que ya no les permitirá volver a su empleo.
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Al ritmo de La plaga y demostrando que aún tienen fuerza y vitalidad para trabajar, adultos mayores se manifestaron frente a Palacio Nacional bailando, con pancartas y consignas: “¡Queremos trabajar!, ¡queremos trabajar!”.
Pidieron al presidente Andrés Manuel López Obrador que no los deje solos y que interceda por ellos ante la empresa en cuestión.
Poco antes del mediodía, partieron de la Torre del Caballito, en la Ciudad de México, y caminaron por avenida Juárez hasta llegar al Zócalo. En repetidas ocasiones gritaron sus consignas y señalaron que se sienten traicionados y discriminados por el corporativo.
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Al llegar al Zócalo, Carlos Escurdia Fernández, organizador de la manifestación, leyó un pliego petitorio que le hicieron llegar al Presidente, en el que solicitaron su apoyo para lograr reincorporarse a su principal fuente de ingresos y que se llegue a un acuerdo firmado con la empresa.
“Nosotros no solicitamos que nos ofrezcan pagos compensatorios o indemnizaciones. Solicitamos la oportunidad de un trabajo honesto para mantener a nuestras familias”, leyó Escurdia Fernández. Añadió que es mentira que los compradores de las cadenas de supermercados ya no quieran sus servicios, puesto que, en las otras manifestaciones que han tenido, han recibido su apoyo.
“Algunos hasta se han quedado con nosotros, podemos ver su apoyo, nos dicen que quieren que volvamos, así que eso es mentira”.
Los más de 100 asistentes dijeron a este medio que al principio de sus marchas se sentían desamparados, porque ellos buscan ser oídos, que las personas entiendan que no buscan ser una carga: “Todavía estamos fuertes, por eso bailamos, por eso marchamos, por eso estamos aquí, aún somos productivos”, afirmaron.
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Pero, mencionaron, poco a poco han visto el apoyo de las personas y ahora buscan el del Presidente, uno que, dijeron, “siempre se ha preocupado por los adultos mayores” y que no entienden por qué ahora los ha dejado en el olvido.
“Ya soy jubilada y por la edad que tengo ya no me permiten trabajar en otro lado (...) Yo soy el sustento, el poco o suficiente dinero que ganaba como empacadora alcanzaba para comprar medicinas y comida, pero si me quitan eso, no sé qué voy a hacer”, señaló María Aurora, una manifestante.
María Félix señaló que ella no tuvo pensión ni jubilación, pero al trabajar como empacadora sintió que la vida le estaba dando otra oportunidad.