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La periodista argentina Olga Wornat espera que más mexicanas se animen a participar en la contienda presidencial de 2024 y, sobre todo, tengan la fuerza de enfrentar estructuras que persisten en los partidos de hombres que banalizan la lucha feminista porque, dice, se niegan a perder sus privilegios.
A 20 años de la publicación del libro La Jefa, en entrevista con EL UNIVERSAL, habla sobre la reedición, enfila baterías de nuevo contra Marta Sahagún, habla de Margarita Zavala, de Claudia Sheinbaum y Tatiana Clouthier, del machismo en los partidos y del presidente Andrés Manuel López Obrador.
¿Qué revisiones incluye esta reedición de La Jefa?
—Cuando este libro salió fue una hecatombe porque hacía muy poquito que había iniciado el gobierno de Vicente Fox y Martha Sahagún tenía muchísimo poder en Los Pinos. La idea ahora es reeditarlo 20 años después de ese gran fenómeno político.
En un país bastante machista, ella tenía mucho puntaje en las encuestas y quería ser presidenta de México.
Que una mujer tuviera el protagonismo político que tenía ella fue como decir: “Por fin, una mujer se anima”. Sahagún ilusionó mucho a las mujeres.
¿Qué pasó?
—Fue un fenómeno político único e irrepetible, la única mujer que quiso ser presidenta de México e hizo todo lo posible para conseguirlo, [pero] se corrompió. Todo fue parte de un marketing y murió, terminó en el ocaso.
Otras lo han intentado...
—Después vino Margarita Zavala, pero ella era política y, aunque también fracasó, no pretendió ser presidenta, prácticamente mandaba detrás del sillón del águila, pero frente a las cámaras se cuidaba mucho.
Ese fenómeno político de Martha Sahagún le hizo mucho daño a las mujeres de México. Me considero feminista, pero hay mujeres que son patriarcales y tienen un concepto masculino del manejo en la política: la transa, la corrupción y entrar a un sistema político muy desprestigiado. Es difícil no salirse del marco que ponen los hombres, y ese fue el destino de Sahagún.
Para las elecciones 2024, ¿qué mujer se perfila?
—Falta mucho camino. Desde el poder político y los hombres, que no quieren perder sus privilegios, hay mucha confusión respecto al papel de las mujeres y del respeto por nosotras, y una banalización y frivolización del feminismo y las luchas de las mujeres.
Se habla de Claudia Sheinbaum, quien podría ser una buena candidata a la Presidencia. No sé qué tanto quiera ella librar esa batalla dentro de su partido, qué tanta fuerza tenga.
También se habló de Tathiana Clouthier como gobernadora de Nuevo León, que es una mujer muy capaz, pero que se diluyó en el marco de estas luchas.
El ambiente, sumado a la pandemia, confunde las cosas: las mujeres siempre quedamos para el final y nos terminamos enredando en disputas en las que no podemos plantear nuestra temática, que no es la nuestra: es de la sociedad. En una sociedad en la que no hay equidad, en la que se frivoliza el maltrato a las mujeres, es una sociedad incompleta.
¿Que las mujeres se animen a librar estas batallas?
—Ojalá que se animen más a la política, porque es la única forma de transformar la realidad, desde afuera y desde dentro, pensando en el género. Que se animen a tener esta pelea defendiendo los derechos de las mujeres y sus garantías, sin utilizar los métodos de los hombres. Encontrar una forma diferente de hacer política, que existe y es posible.
Hubo gran expectativa sobre el gobierno de Fox, que se presentaba como el cambio verdadero, pero terminó decepcionando. ¿Corre el mismo riesgo López Obrador?
—Cuando cubrí la campaña, nunca pensé que el PRI fuera a perder, que iba a quedar fuera de Los Pinos, aunque en realidad nunca se fue y Fox terminó pactando con todos.
No hubo cambio, la gente se decepcionó porque terminó siendo la mafia del poder, se terminó siendo parte de lo mismo.
López Obrador tiene muy poco gobernando. Lo que pueda pasar depende de él: tiene una presidencia personalista, es un líder, pero no sé qué tanto escucha a sus asesores, se ha equivocado con las mujeres, y es una pena.
Si uno mira su historia es la de un hombre que viene de la vieja política del PRI. Si va a decepcionar, habría que esperar a ver qué pasa con las elecciones intermedias, porque en todos los casos anteriores, Fox, Calderón y Peña Nieto, perdieron, y eso lo marca todo. Hay que ver lo que la gente pretende o aspira de él, lo que no cumplió de lo prometido en campaña, si pudo sacar a mexicanos de la pobreza. Sí se corre el riesgo, por supuesto, y él lo sabe.
En estas elecciones intermedias, ¿le alcanzará al bloque PAN-PRI-PRD para quitarle la mayoría al Presidente?
—¿Cuándo una alianza gobernó México? No tienen posibilidades. No veo frente a López Obrador a nadie con el carisma, la honestidad ni la capacidad de decir: “Voy a gobernar y este es mi plan”.
Esa alianza es un rejunte de mafias: el PRIAN, son los mismos, se reciclan y ahí están.
Pasan 20 años y uno ve girar los mismos personajes de la vieja política: el jefe Diego [Fernández de Cevallos], [Roberto] Madrazo, ¿qué hacen? Si no hicieron nada antes, ¿qué prometen ahora si cuando fueron gobierno no hicieron nada, destruyeron el país, se corrompieron, dejaron miles de muertos y nunca se preocuparon por los más pobres? Ahora se juntan y esto no es una defensa ante López Obrador, es una realidad.
¿Morena, como institución política, llegará a ocupar el espacio que tenía el PRI?
—Seguramente se va a consolidar como partido y tiene todo el derecho de hacerlo mientras no cometa actos ilícitos. El tema es no quebrar ciertos límites que marca la Constitución.