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La historia de la humanidad se ha visto marcada por la ausencia de la experiencia femenina para la generación de datos para la vida. Los hombres han sido considerados como el referente; mientras que las mujeres, la otra mitad de la humanidad, quedaron hasta hace muy poco en la sombra. Podemos ver ejemplos en todos los ámbitos: en las artes, las humanidades, la economía, los deportes y, por supuesto, las ciencias. A este fenómeno se le conoce como la brecha de género en los datos.
Este vacío tiene consecuencias en la vida cotidiana de las mujeres. ¿Alguna vez te has preguntado por qué las mujeres siempre tienen frío en las oficinas? Muy probablemente no sabías que la fórmula para determinar la temperatura estándar de una oficina se desarrolló en los años 60, basándose en la tasa metabólica en reposo del hombre promedio, que es bastante superior a la tasa metabólica de mujeres jóvenes y, por lo tanto, las oficinas con aire acondicionado son en promedio 5°C más frías para ellas.1
Sin embargo, para muchas mujeres, las consecuencias de vivir en un mundo construido con datos masculinos son mucho más graves que atrapar un resfriado. Por ejemplo, las mujeres tienen 47% más probabilidades de sufrir lesiones graves en accidentes de tráfico, y un 17% más de probabilidades de morir.2 Esto se debe en gran medida a que los autos están diseñados para hombres. Desde que en los años 50 se comenzaron a utilizar los maniquíes para pruebas de choque, estos fueron diseñados basados en el cuerpo masculino “promedio”. No fue hasta 2011 que en Estados Unidos se comenzó a utilizar un maniquí “femenino”, que no era más que uno masculino a escala reducida, que no consideraba diferencias tan fundamentales como la distribución de la masa muscular, la densidad ósea o las diferencias en la separación de las vértebras. Afortunadamente, el año pasado, investigadores del Instituto Nacional Sueco de Investigación de Carreteras y Transportes desarrollaron un maniquí femenino para pruebas de choque que refleja las diferencias entre la anatomía masculina y femenina y que debería contribuir a mejorar la seguridad de los vehículos para las mujeres.3
Finalmente, quisiera abordar la brecha de género en la investigación médica y sus implicaciones.
Históricamente, ha existido una tendencia a excluir a las participantes mujeres de los estudios médicos, obteniendo sus datos de hombres y generalizando los resultados a ellas,4 lo que se ha traducido en perjuicios reales para las pacientes, como mayores tiempos para ser diagnosticadas o más probabilidades de recibir un diagnóstico erróneo. Aún hoy, cuando una mujer no responde a los tratamientos de la forma esperada, esto se suele atribuir a causas mentales, como muestra un estudio de 2018 que analiza el discurso en torno a pacientes con endometriosis y determina que su dolor y experiencias son a menudo minimizados y tachados de “psicológicos”.5
Si bien la proporción de mujeres en los ensayos ha aumentado considerablemente en años recientes, pasando del 9% en 1970 al 41% en 2006, las mujeres siguen siendo infrarrepresentadas en ensayos para enfermedades consideradas “masculinas”, como la insuficiencia cardiaca (29%), la enfermedad coronaria (25%) o la hiperlipidemia (28%) aunque en realidad las mujeres representen el 51% de los casos de insuficiencia cardiaca, el 49% de los de hiperlipidemia y el 46% de los de enfermedad coronaria.6
Contrariamente a lo que se piensa, la principal causa de muerte en mujeres son las enfermedades del corazón, y no el cáncer de mama.7 Es fundamental romper con estereotipos y creencias populares y basarnos en datos duros para el diagnóstico y el tratamiento de las pacientes. Es probable que tome décadas resarcir el daño, por eso debemos actuar cuanto antes, especialmente cuando existen varias enfermedades cuya prevalencia e incidencia es mucho mayor en mujeres, como lo son el hipotiroidismo (es diez veces más frecuente en mujeres que en hombres8), la esclerosis múltiple (tres veces más posibilidades de padecerla para las mujeres que para los hombres9), o la infertilidad10.
Cada 28 de mayo se celebra el Día Internacional de Acción para la Salud de las Mujeres, que reafirma su derecho a la salud como un derecho humano inalienable.
Quisiera aprovechar la ocasión para subrayar la urgencia de reducir la brecha de género en los datos pues, como hemos constatado, tiene consecuencias directas en la salud y la esperanza de vida de las mujeres. Un primer paso para lograrlo es impulsar una mayor participación de ellas en la investigación científica, pues se
ha comprobado que contar con su perspectiva también es fundamental para producir investigaciones que consideren las diferencias fisiológicas, psicológicas y sociales entre mujeres y hombres.11
Director General de Merck México
Referencias: 1 Boris Kingma & Wouter van Marken Lichtenbelt, Energy consumption in buildings and female thermal demand, Nature, 3 de agosto de 2015. 2 Caroline Criado Perez, The deadly truth about a world built for men – from stab vests to car crashes, The Guardian, 23 de febrero de 2019. 3 Johhny Wood, Can the world’s first female crash test dummy make driving safer for women?, World Economic Forum, 7 de diciembre de 2022. 4 Anita Holdcroft. Gender bias in research: How does it affect evidence-based medicine? Journal of the Royal Society of Medicine, enero de 2007. 5 Young K, Fisher J, Kirkman M. “Do mad people get endo or does endo make you mad?”: Clinicians’ discursive constructions of Medicine and women with endometriosis. Feminism & Psychology, diciembre de 2018.
6 Chiara Melloni , Jeffrey S Berger, Tracy Y Wang, Funda Gunes, Amanda Stebbins, Karen S Pieper, Rowena J Dolor, Pamela S Douglas, Daniel B Mark, L Kristin Newby, Representation of women in randomized clinical trials of cardiovascular disease prevention, 16 de febrero de 2010. 7 Alexandra Arévalo, En la ciencia sí existe el género: desigualdad en la medicina, Friedrich Naumann Foundation, 11 de febrero de 2022. 8 Diagnóstico y tratamiento de hipotiroidismo primario y subclínico en el adulto. México, Instituto Mexicano del Seguro Social, 3 de noviembre de 2016. 9 Clare Walton, Multiple Sclerosis International Federation, London, UK. Rising prevalence of multiple sclerosis worldwide: Insights from the Atlas of MS, third edition. 10 Mayo Clinic. Infertilidad femenina. 11 Sergio Ferrer, La ciencia hecha por mujeres presta más atención al sexo en los estudios médicos, SINC, 6 de noviembre de 2017.