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Este domingo se llevó a cabo la octava jornada de vacunación contra el Covid-19 en cinco sedes militares y, a diferencia del 30 de diciembre, cuando en los hospitales El Vergel y Chivatito hubo protestas por parte de los profesionales de la salud porque sus nombres no aparecían en las listas de vacunación, hoy el ingreso fue ordenado.
En ambos hospitales alrededor de 20 personas esperaron en una fila afuera de cada unidad médica; en El Vergel, un grupo de 10 médicos del Hospital Ignacio Zaragoza del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) tuvieron que esperar a que sus jefes inmediatos solucionaran un error de logística, puesto que no aparecían en las listas de inmunización; sin embargo, tras un par de horas pudieron ingresar a la unidad para recibir la primera dosis de Pfizer.
Beatriz Crispín es médico en el ISSSTE de Zaragoza, y al igual que sus compañeros llegó a las siete de la mañana porque en el hospital donde laboran les dijeron que les tocaba ser vacunados; cerca de las nueve de la mañana empezó a ingresar el personal que estaba formado, así como los RTP que transportan a los profesionales de la salud, pero cuando quiso entrar, le dijeron que no estaba en la lista.
“Llegamos casi al principio, hubo un error en las listas que enviaron nuestros jefes, no se encontraron nuestros nombres, pero ya se resolvió y nos van a poner la vacuna”, contó a EL UNIVERSAL.
Para la médica que ha atendido área Covid desde que inició la pandemia, es emocionante recibir la vacuna, aunque hace meses dio positivo a una prueba del virus. Asegura que estar inmunizada le dará un empujón para seguir atendiendo a las personas que necesitan hospitalización por el SARS-CoV-2
“Es una fortuna, es emocionante, me emociona mucho estar a punto de recibir la vacuna, yo pienso que es un logro, porque se decía que se tardaría hasta tres años, la comparaban con la vacuna de influenza, esto fue un poquito más rápido, es un logro a nivel mundial y de nuestro gobierno porque somos de los primeros países en recibir vacuna”.
A pesar de que su nombre no estaba en la lista, la profesional no perdió la calma y esperó a que sus jefes arreglaran el error de logística: “Somos muchos y estamos ante un protocolo nuevo, puede que haya errores, pero no podemos satanizar y ver lo malo, ahorita ya nos van a pasar y vamos a ser vacunados, eso es lo que importa”, relató antes de subir a un camión de la RTP que los ingresó al complejo militar.
Ahora que Beatriz recibió la dosis asegura que lo mejor será poder visitar a su familia, de la que se aisló desde que se reportó al primer paciente con coronavirus en México.
“Desde que empezó la pandemia me aislé en un hotel, al gobierno le agradezco que nos dio la oportunidad de ofrecernos una habitación a varios de mis compañeros, prácticamente viví así un montón de meses para evitar contagios en mis familiares, porque lo que me daba más miedo era contagiar a la familia”, dijo.
Celebra que el gobierno de México se haya preocupado por acceder a una vacuna, porque hasta ahora ha sido el mayor reto durante su labor como personal médico: “Lo más difícil ha sido ver a tanta gente morir ya que a pesar de que hacemos lo más que se puede, es una enfermedad que en muchas ocasiones nos gana y es algo triste, no sé, creo que lo más difícil es que me encariñé con muchos pacientes, estuvieron semanas con nosotros, llegaba el día que estaban mejorando y de la nada empezaban otra vez a empeorar”, señaló.
Bety, como le dicen de cariño, pide a la población que aunque haya llegado la vacuna, se cuide, porque aún no se inmunizará a todos los mexicanos y los invitó a que no crean en mitos o en remedios caseros para curar la enfermedad, porque lo ideal es buscar ayuda profesional.
“Ojalá se hubieran evitado reuniones en estas fechas, pasar más años nuevos o navidades con los seres queridos y no 2020 como último año, pero bueno, espero que la gente nos ayude y evite salir de casa, también que evite creer en mitos”, expresó.