La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ( ) expresa su preocupación por la instrumentalización de menores de edad en la marcha antiaborto llevada a cabo el domingo 3 de octubre en la Ciudad de México, en la que se practicó un ultrasonido a una niña embarazada, ante la presencia de cientos de personas, como parte del acto de clausura del evento.

La CNDH hace énfasis en que este derecho debe ejercerse con pleno respeto a los derechos de niñas, niños y adolescentes, evitando utilizarlos en actos donde su identidad, imagen, su cuerpo y estado de salud sean exhibidos públicamente, ya que esa información es de carácter confidencial y debe ser protegida conforme a los artículos 76 a 80 de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.

Es importante señalar, dice la CNDH, que el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ha señalado en su observación general número 14 sobre El derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud, que, al bridarse la atención de la salud a niñas, niños y adolescentes el Estado debe tomar en cuenta su confidencialidad y vida privada. De la misma manera, el Comité de los Derechos del Niño ha señalado en su observación general número 4 sobre La salud y el desarrollo de los adolescentes en el contexto de la Convención sobre los Derechos del Niño, que las y los adolescentes suficientemente maduros tienen los mismos derechos que las personas adultas a la privacidad y confidencialidad, a recibir orientación y consejos sobre el cuidado de su salud, y enfatiza que las y los trabajadores de la salud tienen la obligación de asegurar la confidencialidad de la información médica a las y los adolescentes, la cual puede divulgarse a otras personas (incluyendo a las madres, padres o tutores) sólo con su consentimiento o, en caso contrario, debe sujetarse a los mismos requisitos que se aplican en el caso de la confidencialidad de las personas adultas.

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Además, "es importante señalar que el embarazo a temprana edad es un problema de salud pública en México, primero porque resulta altamente riesgoso para la salud y vida de las madres adolescentes, quienes presentan mayores riesgos de preclamsia, mortalidad materna y fetal, y bajo peso al nacer para el recién nacido. Asimismo, afecta negativamente la salud, la permanencia en la escuela, los ingresos presentes y futuros, el acceso a oportunidades recreativas, sociales y laborales especializadas y de calidad, y el desarrollo humano".
 
La CNDH indicó que debe tenerse presente que todo embarazo en una persona menor de edad debe ser abordado con perspectiva de derechos de niñas, niños y adolescentes, de tal suerte que existe un riesgo importante de que sea producto de violencia sexual contra la madre.  Por ello, el personal de salud debe contar con capacitación que les permita identificar ese tipo de casos y hacerlo del conocimiento de las autoridades competentes, para garantizar la seguridad de la mujer embarazada.

Católicos marcharon en contra del aborto

El señalamiento de la Comisión se dio luego de que como parte del evento de cierre de la marcha antiaborto realizada por diversas organizaciones de la sociedad civil y secundada por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), se realizó un ultrasonido a una menor de edad embarazada.

La adolescente, quien se identificó como Ana, de 15 años de edad, indicó a Diana Rebolledo y Paulina Mendieta, activistas provida que conducen las actividades de cierre del evento, que cuenta con 38 semanas de embarazo y que acudió a la marcha porque “la invitaron”.

En el escenario fue colocada una camilla y el equipo necesario para practicar a la menor de edad, frente a miles de personas, un ultrasonido para “conocer” a su bebé varón.

Mientras le colocaban gel en el vientre, los asistentes gritaban “¡Sí a la vida!”.

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