La desaparición de una persona es una situación crítica y de emergencia que debe atenderse de inmediato, pues las primeras horas son cruciales para encontrar con vida a quien ha sido víctima de tan deplorable delito, aseguró el coordinador parlamentario de Morena en el Senado, Ricardo Monreal.
Comentó que ante ello impulsa una iniciativa para que la presunción de la existencia del delito de desaparición forzada u otro que origine la ausencia de una persona, se establezca a partir de las 12 horas y no en 72 horas como lo establece la ley vigente.
En entrevista afirmó que esta reforma a la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas, es trascendental para que las autoridades procedan a la investigación y localización de las personas desaparecidas oportunamente.
De lo contrario, expresó, aún y cuando las comisiones de búsqueda informen sin dilación a la fiscalía correspondiente, la autoridad presumirá la existencia del delito sólo hasta que transcurran tres días, lo cual es un tiempo excesivo para las familias de las víctimas.
“La Ley deja desprotegidas por 72 horas a las personas cuyas desapariciones, en un primer momento, no presentan indicio que permita relacionar su ausencia con la comisión de un ilícito o un contexto de peligrosidad”.
Pero dicha situación, advirtió, conlleva el retraso en la realización de acciones de búsqueda, pues las autoridades responsables de emprenderla, mientras se las catalogue como no localizadas, no poseen las atribuciones legales para activar la totalidad de los métodos de localización al alcance del Estado.
Por ello, expresó, es preciso que, además de las acciones que el Estado mexicano ha implementado a partir del inicio de la transformación nacional, “en el Poder Legislativo demos mayor eficacia a las normas en materia de desaparición forzada de personas”.
En nuestro país, señaló, miles de familias sufren “lo indecible” por la desaparición de alguno de sus seres queridos, es decir, un dolor y “una herida abierta del pueblo de México, que lamentablemente no ha dejado de sangrar”.
maot