El actual régimen encontró en los el motor importante y eficaz de su estrategia electoral para que su movimiento se mantenga en el poder a través de mejorar la entrega de apoyos, no sólo con la entrega de dinero, sino también al ampliar los padrones e ir aumentando los montos proporcionados, según especialistas en distintas materias.

Además, sus seguidores vieron que el Ejecutivo federal cumplió las promesas durante su administración y la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, se comprometió a dar continuidad al proyecto de la Cuarta Transformación.

Actualmente, y de acuerdo con cifras de la Secretaría del Bienestar, hay más de 30 millones de mexicanos que son beneficiarios de un programa social; sin embargo, Sheinbaum obtuvo más de 36 millones de votos, una cifra histórica en elecciones en México, y los expertos afirman que no sólo los beneficiarios de algún apoyo votaron por ella, sino también sectores de la clase media, que lo hicieron por la credibilidad y la continuidad.

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Fuente: Secretaría del Bienestar
Fuente: Secretaría del Bienestar

Los especialistas consideraron que con los programas sociales se dio una campaña electoral anticipada desde hace seis años.

La amenaza de que podrían desaparecer los programas con otro partido en el gobierno y de que sólo Morena era la institución que los podía garantizar también influyó.

Los programas sociales son una respuesta a las demandas colectivas; López Obrador encontró la fórmula perfecta del populismo y la vinculación social, pues ideológicamente coloca al centro a las personas más allá del voto, explicó Luis Alberto Vidrio, consultor de Integralia.

“El Ejecutivo federal puso al centro del discurso a esta clase marginada que no se le había atendido, dándoles centralidad. Fue una campaña anticipada desde hace seis años, para la clase media no representan un cambio significativo en su vida los programas sociales, es la ideología, además de credibilidad y continuidad”, aseguró.

El analista político Leonardo Curzio explicó que los programas sociales atienden a 30 millones de mexicanos que los reciben por distintos conceptos; ante ello, los votantes dieron su respaldo en los comicios del 2 de junio a la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ya que López Obrador cumplió su palabra en su administración.

“Hoy atiende a 30 millones de mexicanos que reciben por distintos conceptos algún programa social, eso permitió que la gente diga, dinero con apoyo político se paga, quedó acreditado, son un gran motor los apoyos sociales, el Presidente cumplió su palabra”, recalcó.

En México los programas sociales siempre han sido un mecanismo para buscar influir en el voto de los ciudadanos, su condicionamiento o la amenaza de desaparecerlos tiene, por supuesto, efectos electorales, pero por sí mismos no aseguran una victoria, un punto crucial es el apoyo sin una narrativa efectiva, sin un buena construcción del discurso que se identifique con el votante, puede aceptar el apoyo, pero dar el sufragio a alguien más, indicó Eduardo Bohórquez, director ejecutivo de Transparencia Mexicana.

“Un programa social sin una narrativa efectiva, sin un discurso que construye identificación con el votante puede terminar en ‘te acepto el programa, pero voto por alguien más’”, reiteró.

“Van a continuar todos los programas de Bienestar, eso está garantizado, habrá reformas en la Constitución, el programa de adultos mayores lo aprobamos para 68 y más, ya es un derecho. Vamos a corregir la Constitución, ahora ya se tiene mayoría calificada, se va a establecer que se garantice desde los 65 años”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador el 16 de junio.

Vidrio puso de ejemplo Acapulco, donde Morena obtuvo cerca de 80% de los votos. En dicho municipio tuvieron un significado importante los programas sociales tras el paso del huracán Otis; “fue una paliza brutal, se ve el dinero, ahí hubo un impulso adicional al resto del país. Es más por la credibilidad y confianza en las propuestas planteadas por Claudia Sheinbaum”, dijo.

“Una parte importante de la población que votó está recibiendo dinero, podríamos decir que está favorecida o cohesionada por estos apoyos, hace tiempo no universalizaban un programa social, como la pensión de los adultos mayores, pero otra parte también no está recibiendo nada. Hay gente que no tuvo por quién votar, no tenían de otra, lo hicieron por una condición validada y real”, afirmó el consultor.

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Clases medias

El tema del sufragio de las clases medias y de los jóvenes es la gran interrogante de la votación del 2 de junio, pues esta población ya no se rige por los lugares comunes y las frases hechas de antaño, comentó Bohórquez.

“Su intención de voto tal vez se explica más por el crecimiento del salario mínimo o un tipo de cambio que les da capacidad adquisitiva que por una decisión ideológica o de lealtades político-partidistas. La clase media no está en los programas sociales y las becas no cubren a todos los jóvenes del país, así que no podemos sobreestimar el efecto de la política social”, subrayó.

El director ejecutivo de Transparencia Mexicana reflexionó que en materia electoral no se pueden comprar ni todas las lealtades ni todos los votos, además de que el electorado mexicano es cada vez más complejo. Un error de las votaciones pasadas es que a quienes sufragaron por Morena los describieron como ignorantes o poco educados, pero la clase media mostró que esa caracterización es falsa.

“El electorado mexicano cada vez es más complejo, ese fue el principal error político de la oposición: caracterizar al votante de Morena como alguien ignorante o poco educado; alguien dependiente de los programas sociales. Los jóvenes y las clases medias mostraron que esa caracterización no sólo es falsa, sino que aleja simpatizantes”, aseveró.

Los programas sociales son un gran motor, recibieron una prioridad de la que se ha encargado el Ejecutivo a partir de su aparato de propaganda, de decir los pagamos con los impuestos, es una graciosa concesión del Presidente y lo han usado al máximo, sostuvo Curzio.

“Tiene una base electoral muy sólida. ¿Cuál sería mi lectura? Que es una base electoral que sujeta la disponibilidad fiscal, el Presidente no permitió que la economía creciera, la gente vive de los programas sociales, pero el momento en que no tengas gasto que redistribuir no es sostenible”, advirtió el experto.

Curzio recordó que el expresidente Carlos Salinas de Gortari también utilizó los programas sociales, lo que le dio una ventaja en las elecciones y la mayoría en el Congreso, pero el peso cayó.

Consideró que la clase media votó por Morena, porque coincidió en que es un modelo correcto y justiciero, pero no es su deber analizar si es fiscalmente redituable.

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Inversión

De acuerdo con datos oficiales de la Secretaría del Bienestar, en la actual administración se ha beneficiado a más de 30 millones de personas mediante los programas sociales entre 2019 y 2024.

Además, el Ejecutivo federal invirtió 2.7 billones de pesos en los diversos programas sociales durante el actual sexenio, señalan cifras oficiales de la dependencia.

El programa con el mayor número de beneficiarios son las pensiones que reciben los adultos mayores, con 12 millones; le siguen los estudiantes, con 12 millones, y los jóvenes, con 2.8 millones.

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